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“Nunca pensé que me iba a dedicar a hacer libros”

11 de noviembre de 2018

En la introducción de su libro, El material de los sueños, Santiago Roncagliolo confiesa que en los años 2000 dejó todo en Lima y se fue a España a estudiar guion de cine. Pero terminó escribiendo novelas. No imaginó ese giro en la historia que estaba construyendo en la Madre Patria. Sin embargo, está contento con el resultado. Aunque está concentrado en sus novelas, su pasión por el cine todavía sigue viva.

Por: Christiaan Lecarnaqué L.

Cuando le propusieron adaptar al cine su obra “Pudor” se puso eufórico. Una novela suya llegaría a la pantalla grande. Pero la experiencia no era como la imaginaba. Él mismo reconoce que cuando cedes tu trabajo al séptimo arte deja de ser de tu propiedad. No quiso convertirse en el típico escritor que cobra los derechos y critica en silencio.

Al contrario, se mostró activo e interesado en el rodaje. La producción accedía con cortesía. Una vez se apareció en las grabaciones y pidió hacer un cameo, una breve presencia en el filme. Aceptaron. Lo vistieron de médico y solo debía decir: “Hola”. Contento salió, pero triste terminó cuando reparó que esos segundos de su debut cinematográfico fueron cortados en edición. Reconoce que hubo cambios significativos en la adaptación, pero terminó satisfecho con la propuesta. Lo conocemos por sus novelas, pero el cine sigue ahí, interesándolo.

-Anunciaste que serás uno de los guionistas de una serie basada en la toma de la embajada de Japón para Tondero. De acuerdo a la introducción de tu libro “El material de los sueños” dices que viajaste a España para aprender a escribir guiones de cine, ¿con este anuncio se cumple este sueño, o consideras que todavía es un sueño frustrado?
No puedo decir que tenga sueños frustrados. Realmente he tenido mucha suerte de escribir lo que he querido, de dedicarme a eso, sería injusto quejarme. Por escribir solo novelas, tuve una pequeña crisis hace unos años porque he sido muy productivo y he escrito muchas novelas y eso significa estar mucho tiempo encerrado en ti mismo y en tu cabeza, escribir guiones en este caso me da la oportunidad de trabajar con gente muy talentosa y aprender de ellos, y eso me encanta. Me renueva y me refresca intercambiando ideas con otros guionistas.

-Sueñas con ese momento en que aparezca en los créditos de una película escrito por Santiago Roncagliolo
Ya ocurrió una vez. Escribí una película. Odio ese guion. Es muy viejo y también vi mi nombre cuando se hizo la película sobre Pudor y en televisión. Es un momento muy bonito, para alguien que creció amando las películas como yo. Formar parte de una película es un momento interesante. Lo de Tondero es serie, Michel Gómez ha ganado el premio de la DAFO (otorgado por el Ministerio de Cultura) para llevar al cine La pena máxima, una de mis novelas y ese guion también lo escribiré. Lo que más gusta es volver a Perú, trabajar en Perú, es algo que llevo años buscando una manera de estar más conectado con el Perú y estos proyectos me dan ese vínculo que necesitaba.

-Tomas con bastante humor la adaptación de Pudor, pero la mayoría de escritores busca que sus libros sean fiel reflejo en la pantalla grande
Sí, pero eso es imposible, porque en una novela pasan más cosas que en una película, solo por eso hay que cortar, además pasa por una sensibilidad que es la del director, los actores. Una película es un trabajo de equipo, no es producto del talento de uno solo y precisamente porque soy guionista y he adaptado cosas de otros no estoy tan obsesionado con que mi guion sea exactamente igual con un libro que yo escriba, más bien me gusta mucho que cambie, descubrir que ha puesto el director de sí mismo, de su sensibilidad y su vida en la película, y como eso enriquece y le da un nuevo giro en la historia. Porque mi libro va a seguir siendo mi libro. La responsabilidad de la película es de otro y hay que dejarlo crear.

-Pero no podemos negar que algunas películas han destrozado libros
No. Los libros siguen siendo iguales. También hay películas que han tenido más éxito que los libros como los de (Stanley) Kubrick como Barry Lyndon, La naranja mecánica, creaba grandes obras a partir de novelas que no habían tenido especial eco. No es una cuestión de libros y película, es una cuestión de talentos, de escritores y directores.

-Los lectores reclaman más que los escritores
Sí, pero a mí también me gusta la sensación, como el caso de Pudor, de que no veas lo mismo que puedas leer el libro, ver la película y tener una experiencia y sorprenderte en cada caso.

-Si alguien te dice voy a adaptar un libro tuyo, ¿reaccionarías contento?
No, depende de qué director, porque también rechazo que no me parece que harán un buen trabajo, pero prefiero hablar de los que no rechazo.

-Según tu libro, veías tres películas al día, ¿Hoy sigues el mismo ritmo?
Bueno, ahora hay series. Estoy viendo La maldición de Hill House, en casa terminé de ver Wanderlust. Hay una ventaja con las series, es que puedes verla acompañado, con tu pareja y tus hijos, y mientras tanto sigo leyendo libros.

-¿Haces maratones en Netflix?
No, no tengo tiempo, me encantaría.

-¿Pero sigues las más importantes?
Las que me interesan. Escribo mucho sobre el género de terror, así que La maldición de Hill House, me interesa, Wanderlust habla de la crisis de una pareja que es la crisis que he tenido en mi matrimonio como las parejas de largo tiempo han tenido. Las lecturas como las películas te van alcanzando, van llegando como las necesites. Y lecturas he hecho últimamente para la investigación de la toma de rehenes en la embajada de Japón y he leído sobre estos temas.

-En los últimos años se ha generado una discusión si Netflix mata el cine o es una opción para ver películas que no se estrenarían, por ejemplo, en Arequipa. ¿Qué opinas?
Creo que es una opción. Yo sigo yendo al cine y me parece que es mucho mejor ir al cine y disfrutar una película en una pantalla enorme, con todo oscuro alrededor y con todo el sonido. Me gusta mucho que verla que en una televisión. Yo iría al cine todos los días. Creo que la mejor defensa del cine no es lamentarse de sus enemigos, sino ir al cine, pagar tu entrada y contribuir a que siga viendo cine.

-¿Te interesa la crítica cinematográfica?
No, ni literaria. Ayer estuve con Irigoyen, que acaba de hacer una crítica terrible del libro de un amigo común, y me decía, ‘tú has elogiado ese libro en Twitter’, y me decía: ‘A mí me pagan para ser una mala persona’ (ríe). Creo que tienes que saber de qué lado estás. Hay una cuestión social, incluso. Tiendo a hablar solo de las cosas que me gustan, porque son mis colegas, porque sé lo que cuesta este trabajo, porque aprecio la sensibilidad, que les conozco, porque a veces hemos trabajado juntos. Sería un crítico muy aburrido, porque hablo de lo que me gusta. Es verdad que sería muy entretenido un crítico que ataque y de hecho es mejor que haya gente destrozando el libro, le da polémica, sabor, hace que tengas que tomar posición respecto a ese libro, pero yo no sería uno de ellos, yo estoy de este lado, prefiero hablar de toda la gente que admiro y cuando algo no me gusta, simplemente no hablo de eso y respaldar el esfuerzo que hacen mis colegas.

-Leí un artículo donde decías que irías a ver la película Bohemian Rhapsody, sin importar lo que diga la crítica
La importancia de Queen en nuestra vida, trasciende a la opinión técnica sobre la película. Tú vas a ver esta película no para estudiar el guion o la iluminación, tú vas para rencontrarte con tu propia vida, te acuerdas de quien eras tú cuando escuchabas esas canciones, sientes que compartías algo con estos personajes. La música te devuelve a momentos de tu vida que te convirtieron en la persona que eres ahora.

-¿Viste la película?
No he tenido tiempo porque estoy aquí, pero quiero verla.

-¿Alguna vez fuiste a un concierto de Queen?
No creo que haya podido por edad, no tenía plata para ir a uno de sus conciertos. Tampoco fui fan de Queen, lo que pasa es que sus canciones han estado siempre, te gustase o no. Haz ido al estadio y haz cantado “We are the champions”, haz ido a una fiesta y bailado “Crazy Little Things” o haz comentado con tus amigos “Bohemian Rhapsody”, hicieron canciones que se colaron en momentos de tu vida. Eso es admirable, muy difícil de hacer.

-Cuando te vas a España a aprender guiones de cine, ¿hubo un momento en que dijiste cambio los guiones por los libros?
No. Llegué a hacer guiones, pero los libros fueron de manera natural creciendo. Con los libros tenía libertad total, siempre haré libros, porque haces lo que tú quieras, no tienes que negociarlo con nadie y los libros empezaron a ir bien, y me empecé a dedicar más a ellos. Nunca pensé que me iba a dedicar a hacer libros. Ser guionista parecía un trabajo más accesible, más posible. Creo que mi interés de hacerlo ahora, tienen que ver con cosas creativas. Este país está empezando a contar sus historias. Antes había muy pocas historias reales. Cuando escribí “La cuarta espada” prácticamente no había ninguna historia de los personajes, del conflicto. En los últimos diez años de repente han aparecido muchas historias como la de Renato Cisneros, José Carlos Agüero, muchos testimonios de todo tipo y ahora ha llegado un momento en que se están empezando a llevar a la pantalla todos estos testimonios. En realidad me están llamando por cosas, no tanto por guionista, sino porque yo he investigado todos estos temas. Entonces ha llegado el momento en que se han cruzado mi interés por hacer cosas en Perú, aportar con las investigaciones que hecho, he pasado muchos años contando el Perú afuera y por lo tanto puedo ser útil para hacer producciones que se puedan ver fuera del Perú. Se han alineado los astros y han hecho una constelación de cosas que no estaban previstas.

-¿Qué otro libro tuyo te gustaría que llegue al cine?
Todos. Hay muchas propuestas y voy estudiando, cuáles y cómo se aceptan. No es bueno aceptar todo tampoco, hay que tener claro que quieres hacer. Siempre estamos conversando.

“Fujimorismo supone que todo se subordina a un Fujimori”
-En la introducción de El material de los sueños mencionas a los años 2000. ¿La polarización que existió por esos años es la misma que se vive hoy?
En este momento el Perú está de lo más moderado y poco polarizado. La izquierda sigue tan pequeñita como siempre, pero el fujimorismo está muy desacreditado. Lo que tiene este país es mucha gente que quiere democracia, estabilidad, en busca de líderes. No hay líderes, pero no es polarizada. En este momento la popularidad de Keiko (Fujimori) está por los suelos y eso no ha hecho crecer la izquierda, tampoco.

-¿Es el fin del fujimorismo?
Esta es una muerte del fujimorismo, lo que pasa es que ya murieron una vez, y podría volver para volver a morir (ríe). Creo que lo que estamos viendo es el efecto de la incapacidad de Keiko (Fujimori) para formar un partido. No buscó gente con ideas, no quiso más que gente que obedezcan sus órdenes, incluso para aplaudir, lo que pasa ahora es que si ella va presa, ya no hay nadie. Ella tenía que haber fundado un partido que tuviese que sobrevivir sin ella, pero no era su cultura política. Fujimorismo supone que todo se subordina a un Fujimori, no tienes un partido, tienes un apellido y ahora está pagando ese error.

-Uno de los aportes negativos de la era fujimorista es banalizar la palabra terrorista. Estás en contra de ellos y eres terrorista.
Sí, me parece un error. Me sorprende que la gente diga la época del terrorismo y no le guste decir la guerra, porque creo que eso deja mal parado al Estado. Creo que este Estado peleó una guerra y la ganó. Tuvo que cuestionarse muchas cosas y cambiarlas, eso fue importante. Tratarlos como una banda delincuencial implica que el Estado necesitó tres gobiernos, la entrada del Ejército, miles de muertos, golpes de Estado, para ¿una banda de delincuentes tipo los wachiturros? Puede haber una guerra y hacer actos de terrorista, creo que Sendero hizo terrorismo, pero creo que limitarlo a eso, desacreditas al Estado, dejas al Estado como un Estado ineficiente, creo que el Estado se superó mucho, y ganó una guerra, puede estar orgulloso de lograrlo.

-¿La izquierda tiene oportunidad en el 2021? ¿Se cree que candidatos como Walter Aduviri o Antauro Humala tengan protagonismo en esos comicios?
Vamos a ver. En este momento hay gente como Bolsonaro en Brasil, con la extrema derecha en Europa, con Trump en Estados Unidos. Tenemos un presidente moderado. Quien ganó la municipalidad de Lima fue moderado, nuestros jueces investigan a gente de todos los partidos. No sé, no puedo hacer futurología, pero yo creo que debemos hablar los de izquierda y derecha para conducir una democracia, para que nos arreglemos y solucionemos nuestros problemas. Este país me parece que en este momento quiere eso, me alegra lo que así lo quieran.

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