Pachamaru: El 70% de inversionistas en negocio agroexportador son emprendedores

Proyecto Pachamaru trabaja sobre la base de la responsabilidad social. La empresa Deproinco no solo ofrece alta rentabilidad, sino la oportunidad de mejorar la calidad de vida de sus socios.

Por: Geanpieer Bravo

El 70% de inversionistas del proyecto agroexportador Pachamaru son emprendedores. Algunos de ellos no bancarizan sus ingresos porque no hallan lo más importante para depositar su dinero en el sistema financiero: la confianza. Esa que sí encontraron en la empresa Deproinco, dueña de más de 40 hectáreas de cultivo de pitahaya en Sama (Tacna), cuyas máximas promesas radican en una alta rentabilidad, inversión sin pierde, la oportunidad de jubilarse antes de tiempo y la responsabilidad social.

“La visión del proyecto es que el dinero que depositen nuestros socios tiene que ser redituado en el tiempo con una alta utilidad, en comparación a las pequeñas ganancias que te pueden generar, por ejemplo, los fondos mutuos de los bancos. La idea es que los ahorros o el capital de nuestros clientes tengan un crecimiento exponencial en un corto plazo”, explica Hermann Silva, jefe del área de Marketing de la empresa Deproinco.

En el 2024, según las proyecciones agrícolas, las tierras de Sama producirán las primeras cosechas de pitahaya, una fruta exótica rica en nutrientes, digestiva y antiinflamatoria. El modelo de negocio del proyecto Pachamaru consiste en la compra de una unidad productiva de mil metros cuadrados. El inversionista, que no necesariamente debe ser un empresario o alguien con conocimientos sobre agricultura, se vuelve propietario del predio. Pero, la empresa Deproinco se encarga de trabajar la tierra, la cosecha, el acopio y la comercialización del producto. Cada parcela cuenta con una capacidad inicial de producir hasta 5.6 toneladas de pitahaya tipo American beauty (roja), cuyo precio por kilo oscila entre los 2.5 y 5 dólares en mercados internacionales.

“Cuando hablamos con la gente sobre el proyecto Pachamaru ponemos en claro la importancia que tiene la exportación de este producto, que estamos viviendo el boom de la pitahaya, porque al final eso se reditúa en utilidades. La gente quiere ver casos de éxito, testimonios y ese es el mensaje que buscamos trasmitirle porque nos hallamos con un público emprendedor y con una visión progresista de hacer negocios”, sostiene Silva.

RESPONSABILIDAD

El experto señala que, al tener un público de esas características, los asesores de venta utilizan un lenguaje fácil, conciso y sencillo para explicar la dinámica del proyecto, dado que los emprendedores regularmente prefieren concretar negocios e ir ‘al grano’.

“Sin embargo, no solo intentamos venderle el proyecto como tal, no solo les brindamos información legal, las bondades del producto o los posibles mercados de exportación, sino también les comunicamos el verdadero valor de invertir en un negocio como este: tener más tiempo para la familia, para el ocio, la cultura, etcétera. Finalmente, la vida no solo se trata de acumular dinero, sino de permitirnos una mejor calidad de vida”, añade.

Hoy, el proyecto cuenta con más de 160 inversionistas y se espera que en los siguientes meses esa cifra se vaya incrementando. Ellos, en un mediano plazo, formarán parte de una cooperativa para que se conozcan entre sí y se empoderen en un directorio que tome decisiones en el proyecto agroexportador. Es que la empresa no les está vendiendo un producto, les está brindando una experiencia de satisfacción. Los testimonios de sus socios así lo confirman y se constituyen como su mejor marketing.

Cada unidad productiva cuesta 52 mil soles, pero los interesados tienen la opción de adelantar el 60% y pagarlo posteriormente con la venta del fruto. Los clientes pueden visitar las oficinas en Urb. Los Naranjos I-11, en JLByR (Arequipa), y en Av. 2 de Mayo 319, frente al colegio Mercedes Indacochea (Tacna). O llamar al 913 856 664.

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