Solo cuatro mujeres fueron elegidas congresistas en los últimos 15 años

El 7 de setiembre de 1955 el entonces presidente del Perú, general Manual Apolinario Odría, promulgó una ley que cambiaría la historia de las mujeres peruanas: ley del voto femenino. Han pasado 61 años desde esa fecha y los cambios han sido progresivos para la participación de este sector de la población, tanto en el voto como en su elección para autoridades y representantes de la ciudadanía.

 

Atrás han quedado los estereotipos y los prejuicios, de hombres y mujeres. En el siglo XXI las féminas buscan una mayor participación en los hechos trascendentales de su sociedad. Hace algunos años se decidió la “cuota de género” en nuestro país; que obliga a los partidos a tener entre sus candidatos a tener por lo menos un 25% de representantes de algún sexo.

 

En temas de representatividad también ya se han roto las brechas. Tenemos mujeres como altas funcionarias el Estado; gerentas regionales o municipales, alcaldesas y también gobernadoras. Un ejemplo cercano lo tenemos en la figura de Yamila Osorio Delgado, quien a sus 28 años logró ganar las elecciones para el gobierno regional en el 2014.

 

MUJERES AL CONGRESO

Esta vez son 41 las empresarias, enfermeras, profesoras, abogadas, economistas, secretarias y hasta una cosmetóloga, que aspiran a sentarse en uno de los seis sillones separados para los representantes arequipeños en el Congreso de la República. Sin embargo, no todo es tan bueno, en los últimos 15 años solo cuatro mujeres fueron electas para este puesto por la región, y ninguna pudo volver.

 

La última, Ana María Solórzano Flores, quien vuelve a la carrera con el Partido Nacionalista Peruano, tiene muchas críticas por su trabajo tan escueto en el Legislativo. Solo ocho proyectos de ley aprobados hasta el 2015, en rauda diferencia con sus compañeros varones. Ella dice que su trabajo ha consistido en gestionar dinero para la región, y aparece en cuanta inauguración de obras hay en los últimos meses.

 

Sus antecesoras, Dora Núñez Dávila, Rocío Gonzales Zúñiga y Lourdes Mendoza del Solar, tampoco tuvieron una buena gestión. No les ha devuelto la confianza hasta ahora, y prácticamente han desaparecido del mapa político regional. El caso más emblemático fue el de Rocío Gonzales, quien perdió su escaño por una denuncia de hurto de energía eléctrica, y fue bautizada como la “robaluz”.

 

PROPUESTAS

Aunque postulan con distintas banderas, lo que no pueden dejar de lado son sus principios de mujer. Thanud Febres, candidata por Peruanos Por el Kambio, señaló en su presentación que trabajaría por la igualdad de las mujeres, no solo en el aspecto político, sino también el reforzamiento de su lugar dentro de la sociedad. Por su parte, la número uno de esta misma agrupación, Ana María Choque, es una próspera empresaria, hija de uno de los fundadores de las organizaciones de microempresarios. Ahora también busca una reivindicación para la mujer emprendedora.

 

También figuras como la de Yolanda Lozada Stambury y de Luz Marina Palomino Quispe, resaltan. La primera, ya en con el número tres por Alianza Popular, y es una próspera empresaria con acciones en muchas empresas del medio local. La segunda, de profesión cosmetóloga, tiene el cuatro en la lista congresal de Frente Esperanza, y además cuenta con una empresa de transportes.

 

DATO

El porcentaje de votantes mujeres y hombres está polarizado en la región. Del 1 millón 035 mil 654 número de electores, el 49,83% (516 mil 055 personas) son mujeres; y el 50,17% (519 mil 599 personas) son varones.