Perú

Ana Estrada: Una luchadora por la muerte digna en Perú

24 de abril de 2024
PROTAGONIZÓ UNA VALIENTE BATALLA POR EL DERECHO A DECIDIR SU PROPIO FINAL

Se trata de la primera peruana en acceder a la eutanasia.

Por: Juan Carlos Morales

Ana Estrada, una activista peruana que padecía de polimiositis, una enfermedad degenerativa sin cura, se convirtió en un símbolo de la lucha por la muerte digna en Perú. Tras años de batalla legal y un intenso debate público, Ana ejerció su derecho a la eutanasia, convirtiéndose en la primera peruana en acceder a este procedimiento.

Su historia comenzó con un diagnóstico devastador: polimiositis, una enfermedad que debilita los músculos y limita las actividades cotidianas. Consciente de que su condición no tenía cura y que los tratamientos solo ofrecían paliativos, Ana decidió luchar por el derecho a decidir cómo terminaría su vida.

La batalla legal de Ana fue larga y ardua. Con el apoyo de su abogada, Josefina Miró Quesada, Ana presentó su caso ante el sistema judicial peruano. Tras años de litigio, el Poder Judicial emitió una histórica sentencia a su favor en febrero de 2021, respaldando su derecho a la eutanasia. Esta decisión fue ratificada por la Corte Suprema en julio de 2022, sentando un precedente importante en la historia legal peruana.

Sin embargo, el camino hacia la muerte digna no estuvo exento de obstáculos. En febrero de 2023, una jueza decidió abstenerse de ejecutar la sentencia, argumentando su creencia en el derecho a la vida. Pero la perseverancia de Ana y el apoyo de instituciones como la Defensoría del Pueblo permitieron que finalmente se respetara su decisión.

El último domingo, Ana Ejerció su derecho a la eutanasia, falleciendo bajo sus propios términos y conforme a su idea de dignidad. Su valiente lucha por el derecho a decidir sobre su propia vida no solo impactó en Perú, sino que también generó un debate a nivel internacional sobre la autonomía del paciente y el derecho a una muerte digna.

La historia de Ana Estrada es un recordatorio de la importancia de escuchar y respetar las decisiones de los pacientes terminales. Su legado perdurará en la memoria de quienes luchan por un sistema de salud más humano y compasivo, donde el derecho a morir con dignidad sea una realidad para todos.

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