Arequipa ocupa el cuarto lugar en avances de calidad de vida y oportunidades

Moquegua e Ica lideran el progreso social regional, es decir, avances en la mejora de la calidad de vida y generación de oportunidades para su población, según revela el Índice de Progreso Social Regional (IPSR) del Perú 2016, elaborado por Centrum Católica y dado a conocer hoy.

 

Tomando en consideración una calificación de 0 a 100, Moquegua registra un puntaje de 65.37, mientras que Ica alcanzó 65.01 puntos. En los últimos lugares se ubican Madre de Dios (43.88), Loreto (39.51) y Ucayali (39.40), según esa investigación. Arequipa figura en el cuarto lugar.

 

Al presentar el IPSR Perú 2016, Fernando D’Alessio, director general de Centrum Católica, sostuvo que esta herramienta es fundamental para evaluar la eficacia con la que el éxito económico de un país se traduce en progreso social, dado que mide el bienestar de todos los habitantes a través de un enfoque integrador con distintos componentes que son esenciales para el bienestar humano.

 

En ese sentido, el estudio – realizado con el apoyo de Iniciativa Global Social Progress Imperative- muestra que 14 regiones del Perú, donde viven cerca de 10 millones de habitantes, tienen una baja calidad de vida.

 

Estas regiones son: Ayacucho (53.7 puntos), Junín (53), Cusco (50.77), Apurímac (50.58), Lima provincias (50.45), San Martín (50.23), Cajamarca (49.11), Huancavelica (48.81), Huánuco (46.72), Puno (45.17), Amazonas (44.29), Pasco (44.15), Madre de Dios (43.88), Loreto (39.51) y Ucayali (39.40).

 

Otras nueve regiones reportan un nivel de vida “medio alto”: Lima Metropolitana (64.22 puntos), Arequipa (61.86), Tacna (61.71), Lambayeque (59.42), Callao (59.03), Áncash (58.97), La Libertad (58.75), Piura (57.06) y Tumbes (56.10).

 

Respecto a estos resultados, D’Alessio Ipinza comentó que si bien esos puntajes sitúan a Moquegua e Ica como las regiones más destacadas en la medición, apenas alcanzan el nivel “medio alto”.

 

METODOLOGÍA DEL ESTUDIO

 

El director general de Centrum Católica explicó que el IPSR está compuesto por tres dimensiones: necesidades básicas, fundamentos de bienestar y oportunidades. Cada dimensión, a su vez, incorpora cuatro componentes.

 

En el caso de las necesidades básicas comprende: nutrición y asistencia médica básica, agua y saneamiento, vivienda y seguridad personal. La dimensión de fundamentos de bienestar contiene: acceso a conocimientos básicos, acceso a información y comunicaciones, salud y bienestar, y sustentabilidad del ecosistema.  Para el caso de la dimensión sobre oportunidades comprende: derechos personales, libertad personal y de elección, tolerancia e inclusión y educación superior.

 

A su vez, cada componente considera subtemas específicos. En el caso de nutrición y asistencia médica básica contiene las siguientes variables: desnutrición crónica en menores de 5 años, anemia en menores de 5 años, tasa de mortalidad materna y enfermedades diarreicas agudas en menores de 5 años.

 

En el ámbito del agua y saneamiento se analiza el acceso de agua potable, acceso al servicio de saneamiento y brecha rural/urbana en acceso a servicios de saneamiento. Al evaluar el componente vivienda se analiza el acceso a electricidad, brecha rural/urbana en acceso a electricidad, déficit cualitativo y cuantitativo de vivienda, y calidad del aire dentro de la vivienda.

 

En el ámbito de la seguridad personal se pondera la tasa de homicidios, percepción de inseguridad, tasa de victimización, tasa de muertes por accidentes de tráfico y tasa de heridos por accidentes de tráfico.

 

NECESIDADES BÁSICAS HUMANAS

 

D’Alessio dijo que los resultados del IPS Regional 2016 en necesidades básicas humanas muestran una realidad bastante preocupante que debe ser materia de atención inmediata.

 

El estudio indica que Ayacucho (53.37 puntos), San Martín (52.59), Junín (52.18), Cusco (50.79), Apurímac (48.21), Huánuco (47.60), Madre de Dios (47.59) y Puno (45.85 puntos) tienen “bajos niveles de satisfacción de necesidades”. 

 

Por su parte, Pasco (43.08 puntos), Loreto (42.69), Cajamarca (42.42), Amazonas (41.44), Huancavelica (41.14) y Ucayali (40.92) exhiben niveles “muy bajos”.

 

“Y si consideramos a este grupo con el anterior, podemos colegir que un total de 14 regiones están distantes de un puntaje superior a 55; es decir, presentan niveles bajos de satisfacción de necesidades básicas”, anotó.

 

D’Alessio sostuvo que otras revelaciones del IPSR 2016 son las siguientes: solo Lima Metropolitana (78.81 puntos) y el Callao (78.54) tienen niveles de satisfacción calificados como altos; mientras que Ica (72.98 puntos), Tacna (69.55), Moquegua (69.15), Tumbes (69.12), Arequipa (69.00) y Lambayeque (66.76 puntos) alcanzan un nivel medio alto.

 

“Si quisiéramos ahondar en las cifras podemos hacer esta comparación: la diferencia entre la región con mejor nivel de necesidades humanas básicas, que es Lima Metropolitana y la que obtuvo un bajo resultado, que es Ucayali, hallaremos una diferencia de más de 37 puntos. O sea, la ciudad capital casi duplica a la referida  región amazónica”, refirió.

 

Agregó que un punto interesante para el análisis es la tabla de calificación tiene esta estructura: muy alto (más de 85 puntos), alto (de 75 a 84 puntos), medio alto (de 65 a 74), medio bajo (de 55 a 64), bajo (de 45 a 54) y muy bajo (45 puntos).

 

FUNDAMENTOS DEL BIENESTAR

 

D’Alessio comentó que, según el IPSR 2016, las regiones presentan resultados medio bajos, bajos y muy bajos en la dimensión Fundamentos de bienestar. Detalló que este mide si existen los elementos fundamentales para que las personas puedan aumentar su bienestar.

 

“Esto se logra accediendo a educación de calidad, a información y conocimiento para tomar decisiones, si existen las condiciones necesarias para vivir una vida saludable y si la relación con el manejo de los recursos medioambientales es sostenible”, precisó.

 

Afirmó que según el IPSR 2016 los resultados son muy inquietantes: 11 regiones (Junín, Piura, Lima Metropolitana, Apurímac, Amazonas, Huánuco, Lambayeque, San Martín, Pasco, Callao y Tumbes) se hallan con niveles de satisfacción bajos, mientras que regiones como Madre de Dios, Lima provincias, Loreto y Ucayali tienen niveles de satisfacción muy bajos. En total, hay 15 regiones en una situación preocupante: su puntaje es inferior a 55, comentó.

 

“El grupo de regiones con un nivel medio alto de satisfacción suman 11. Ellas son: Tacna (60.68 puntos), Ica (58.61), Áncash (58.45), Moquegua (57.84), Cusco (57.56) La Libertad (57.27), Ayacucho (56.85), Huancavelica (56.81), Cajamarca (55.91), Puno (55.32) y Arequipa (55.04)”, manifestó.

 

DESCENTRALIZACIÓN INEFICAZ

 

El director general de Centrum Católica manifestó que una de las principales conclusiones que se puede hacer a la luz de los resultados del IPSR 2016 es que el proceso de descentralización, iniciado hace más de una década, no está dando los frutos esperados respecto a la generación de bienestar social al interior del país, dado que las brechas entre zonas urbanas y rurales siguen siendo muy amplias, y los pobres resultados para las regiones de la selva ameritan el diseño de políticas específicas para esa amplia zona del territorio nacional.

 

“Las regiones del Perú no han logrado un progreso social sostenido, ni siquiera considerado aceptable en estos últimos años, lo que podría indicar una vez más que la Regionalización tampoco ayudo a este crucial proceso que no ayuda a las minorías menos favorecidas del país. Se espera que el próximo gobierno haga algo para remontar esta desfavorable situación”, precisó.

 

El director general de Centrum Católica subrayó que “esta es la primera edición de una medición subnacional en el Perú, con este enfoque que ha sido adaptado a nuestra realidad a fin de poder valorar las fortalezas, deficiencias y brechas internas en materia de calidad de vida”.

 

Añadió que este estudio se suma al que mide el Índice de Competitividad, elaborado también por Centrum Católica, y ambos serán proporcionados a los equipos técnicos de los dos candidatos presidenciales que aspiran a gobernar el país en los próximos cinco años.

(Andina)