“Dibujos de Inicial”, la exposición que retrata la realidad

El pintor brinda detalles sobre este evento y algunos pasajes de su vida.

Este sábado 16 de setiembre, el pintor Paco Goyzueta presentará “Dibujos de Inicial”, que engloba un aproximado de 30 cuadros hechos a carboncillo, sanguina y tiza blanca, sin un toque de pintura. Su objetivo es que se realce el valor que tienen los “primeros trazos” antes de pasar al lienzo. Así como dar luz a los lados oscuros que uno puede tener bajo una censura social o personal. 

La exposición pictográfica que refleja sus percepciones de la realidad estará a disposición del público desde las 19 horas de mañana. El evento tiene cita en la Casa Museo San Lázaro 120 (Cercado). El ingreso es libre y habrá música en vivo para amenizar el ambiente. 

“Pienso que hay que darle el valor que se merece al trazo o el dibujo, en sus inicios, antes de pintarlo. Mi trabajo es un lenguaje que en mi opinión expresa sinceridad, honestidad y variedad de sensaciones, lo más apegado a la vida real”, dice Goyzueta.

Esta no es la primera vez que Paco difunde sus obras al público. Fue en 2012 que inició con “Confesiones de payaso”. En otro momento presentó “Función Semáforo” donde plasma las aventuras con su hermano Luis siendo unos mochileros y trabajando en los semáforos como payasos callejeros. Otras de sus muestras han sido “Preservante”, “Sin título”, “Improvisado”, “ST”, “Disolución de la conciencia” y muchas más que exhibe de forma anual.

SOBRE EL PINTOR

Paco Goyzueta tiene 35 años de edad y nació en Arequipa. Estudió en la Escuela Nacional de Arte Carlos Baca Flor y en la escuela de arte de la Universidad Nacional de San Agustín.

Se formó en una familia, que él llama, muy conservadora y religiosa, todo lo opuesto a él. Desde muy pequeño empezó su afición por el dibujo. Recuerda algunos episodios cuando su padre Fausto sacaba una libreta y empezaba a hacer trazos con su lápiz. O cuando alguna vez, en su etapa escolar, obsequió un retrato hecho por él a la chica que le gustaba. 

Su percepción del mundo cuando era más niño a la de ahora no ha cambiado mucho. Se diferencia de la mayoría en cuestión de gustos, por su romanticismo y arraigo a lo natural. Disfruta mucho de las bondades del campo y reniega de la ciudad caótica que crece en desorden. Asimismo desprecia la hipocresía de la sociedad misma y del sistema. 

“Soy muy campestre, el campo es un escape para mí. Me gusta retratar lo que es real, lo bueno y lo malo. Sobre todo a personas que expresan alguna emoción en particular. Me enfoco más en los ambulantes, vagabundos, bebedores u otros personajes que de alguna manera son marginados por la sociedad”, relata. 

Se resiste a seguir las reglas y técnicas propias de su profesión, solo busca transmitir lo que percibe. No se fija ataduras solo quiere ser libre y hacer libres a los demás a través de su arte. 

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