Editorial: Detengan los enfrentamientos

 

Es posible en tal tónica que siga cuestionando a ministros de Estado mediante interpelaciones que con frecuencia terminan en censuras determinantes de renuncias de los secretarios de portafolios ministeriales. Ese es el caso, por ejemplo, de la ministra de Educación, Marilú Martens, a quien se podría enviar a su casa lesionando los esfuerzos gubernamentales para mejorar la educación en el país dotándola de más recursos económicos y mejorando la situación de los maestros en lo que se refiere a remuneraciones y equipamiento.

Prácticamente el único ministro interpelado que no ha sido censurado es Carlos Basombrío del Interior, pero no dejan de advertirse los deseos de Fuerza Popular de convertirlo en una nueva víctima de los excesos que tienden a llegar a provocar la renovación del gabinete ministerial y la conformación de uno nuevo en el que tengan presencia amigos del fujimorismo.

También es claro que en estas condiciones resulta inconveniente para el país el ruido político que existe y que llegó al extremo de postergar, por más de una semana, una autorización al Presidente de la República para que pueda viajar a una reunión de la asamblea general de las naciones unidas, en la que estaba prevista su participación y en visitar al papa Francisco, en Roma, para alcanzarle la invitación formal del gobierno del Perú para que haga una visita que comprenderá a las ciudades de Lima, Puerto Maldonado y Trujillo.

No hay precedentes en la historia de la república que esto ocurriera, teniendo en cuenta la importancia de la gira presidencial y el propósito de hacer escuchar la voz peruana con respecto a problemas mundiales y también por la necesidad de difundir la imagen de un régimen democrático, realizador y empeñado en atraer inversiones y en favorecerlas.

 

No conviene al país la condición de incertidumbre que supone un enfrentamiento casi diario de la mayoría parlamentaria del Congreso con el quehacer del Poder Ejecutivo habiéndose llegado al extremo de señalar al presidente de la república como un hombre al que se declara incapaz de gobernar el Perú.