EDITORIAL: El respeto merecido por el poder electoral

En la tarea por administrar justicia y este caso particular por el proceso electoral en el que sufragaremos en abril próximo es tarea delicada en todos los tiempos, y afortunadamente ha sido ejemplar la actitud de los magistrados que preside Francisco Távara en la contienda cívica en realización.

 

Las resoluciones y fallos alrededor de candidatos, y en especial de los cuestionados Julio Guzmán y César Acuña, se han realizado dentro de las normas y siempre con la posibilidad de apelaciones o revisiones, así como del reconocimiento y acatamiento sin atisbos de desorbitadas denuncias contra quienes bien hacen y no merecerían malos calificativos.

 

La neutralidad de los actuales ocupantes de Palacio de Gobierno, es cada vez más evidente y también la decisión de los jurados electorales especiales, de los propios integrantes del Jurado Nacional y de los comités de ética del Jurado, de Transparencia y del Consejo de la Prensa Peruana al ser celosos vigilantes de la realización del proceso, son una garantía del respeto que se siente por el quehacer ciudadano que se expresará en las ánforas.

 

Resulta cada vez más evidente que todo se desarrolla conforme a las normas y que nada permite presumir que algo incorrecto y grande exista en la libre expresión y en el ejercicio de libertades y derechos. Así nace un nuevo gobierno respetable y respetado por vencedores y por quienes no ganen en el proceso electoral, pero que conforman un aparato de manejo estatal apreciado por su imagen democrática legítima.

 

En países vecinos se dan otro tipo de confrontaciones políticas, pero que alejan toda posibilidad de golpismo o del retorno de tiempos idos e indeseables, excepto el caso específico de una Venezuela que hasta ahora procura encontrar, sin mayor suerte, el destino que se merece para garantizar el progreso de un pueblo querido y hermano.