Arequipa

“El fujimorismo ha entrado en un proceso de extinción”

10 de noviembre de 2018

Mario Vargas Llosa llamó a los peruanos a nunca más elegir un congreso con mayoría fujimorista, pero destacó la labor del fiscal arequipeño José Domingo Pérez, que calificó de “gran coraje”. Aseguró que es un especialista en dictaduras, pues vivió varias de ellas, lo que le permite ver con optimismo el futuro del país. Fue durante un conversatorio en el Hay Festival donde contó con la participación de la periodista Rosa María Palacios y de la cubana Yoani Sánchez.

Por: José Carlos Mestas
Las manecillas del reloj marcaban las 6:10 y la gente que abarrotaba la platea y la mezanine del teatro municipal, comenzó a aplaudir. Era su forma de pedir el inicio de la charla. Tuvieron que esperar unos minutos más hasta que hicieron su aparición.

Primero lo hizo la periodista Rosa María Palacios con un traje sastre negro y una blusa color manteca, seguida de la bloguera cubana Yoani Sánchez y, finalmente, el Nobel arequipeño con un terno oscuro y camisa celeste.

Rosa María miró a varios lados, esperando que alguien los presente, pero no ocurrió. “Ni modo, empezaremos solo nosotros”, lo que generó aplausos y risas entre los asistentes. Aclaró que la conversación iba a girar sobre el libro “La llamada de la tribu”, con el pasar de los minutos derivaron hacia otros caminos.

El primer comentario de Mario fue un elogio hacia sus acompañantes, a quienes calificó como “dos periodistas que defienden la libertad”. Luego hizo una defensa cerrada del liberalismo, al que calificó como una doctrina y aclarando que no era una ideología, contando cuál fue la génesis del libro.

“Lo escribí porque en mi juventud leí el libro ‘La estación de Finlandia’, un ensayo que se lee como una novela y donde habla del socialismo. La historia de la idea del socialismo y cómo desemboca en la revolución de octubre”.
Mencionó su ya conocida “conversión” del socialismo hacia el liberalismo. Fue así como se le ocurrió escribir un libro al que calificó como autobiográfico, ya que aparecen los pensadores “que me marcaron más”.

Hasta que Rosa María decidió tocar el tema del poder y su vinculación con las dictaduras.

Mario señaló que era un especialista en dictaduras, “mi generación comienza con Odría, toda mi adolescencia la pasé bajo ese régimen donde vivimos bajo la censura, cuando en las universidades había soplones. Un país donde se vivía en medio de la mentira y con mucha corrupción”. Los aplausos a sus palabras se dejaron escuchar, durante su disertación fueron varias las veces que ocurrió.

La reconocida periodista aprovechó para mencionar su paso como candidato en los 90 y la difusión de las ideas liberales, además de cómo “nos hicieron creer que solo la economía era el liberalismo”. Fue el momento que seguramente muchos esperaban, pues comenzó a hablar del fujimorismo y del momento actual que vivimos.

“Eso fue una gran mentira, un fraude”, fueron sus primeras palabras, para luego reconocer que el gran problema del país es lo que calificó como una “democracia corrupta”, donde los presidentes se dedicaron a robar. Seguramente se refería a las denuncias que involucran a Toledo, Alan García, Ollanta Humala y Pedro Pablo Kuczynski sin dejar de lado obviamente a Alberto Fujimori.

Afirmó que las dictaduras se acaban, “tenemos a Odría, a Velasco, qué ha quedado de ellos”, se preguntó para responderse: “nada”. “Igual ha ocurrido con Fujimori y el fujimorismo que ha entrado en un proceso de debilitamiento que lo conduce seguramente a la extinción”.

Pero la visión que tiene Vargas Llosa no es pesimista, sino optimista.

“Tenemos a fiscales y jueces que muestran un gran coraje, así como periodistas que luchan contra la corrupción. Están ocurriendo cosas malas, pero también cosas positivas que nos permiten enrumbar al país en una buena dirección”, lo que generó más aplausos acompañados de algunos silbidos y gritos de aprobación.

Los que se intensificaron cuando Rosa María le preguntó sobre si apoyaba o no que se cierre el Congreso. El escritor arequipeño dijo no estar de acuerdo, pues no era una medida democrática, su consejo iba más allá.

“Hay que elegir mejor a los congresistas y sobre todo no debemos repetir el error de elegir un Congreso con mayoría fujimorista”. El teatro casi se viene abajo como muestra de respaldo. Podríamos decir que con estas palabras dio por cerrada su jornada del viernes.

La conversación tocó otros puntos como lo ocurrido en Venezuela, donde Mario aseguró que los venezolanos tuvieron la ocasión de sacar del poder a Hugo Chávez, pero “no me explico cómo es que votaron por él en cinco oportunidades seguidas”.

Como periodista que es, no pudo evitar preguntar a Yoani Sánchez hasta cuándo cree que durará el régimen socialista que impera en la isla. La bloguera señaló que hay gente que decide partir como una forma de rechazo. Descartó varias alternativas como que ocurra una invasión extranjera, tampoco que aparezca una “madrastra” que los salve (es decir, que algún país se inmiscuya). Calificó como gris el futuro que les espera, pues solo les queda esperar que se apague lentamente con la muerte de los viejos dirigentes comunistas.

Casi al finalizar de la conversación Mario habló de su relación con las redes sociales, “una habilidad que no tengo” fueron sus palabras. Reconoció que es un avance tecnológico muy importante, tanto que ha hecho avanzar la libertad. Pero señaló que existe un riesgo para la cultura en general y que puede significar un retroceso como “esa pesadilla orweliana” donde los libros libran una batalla contra las computadoras y espera que no sean derrotados.

Finalmente dio algunos detalles del último libro que está trabajando, pero por una cuestión de superstición (recordemos que el arequipeño tiene muchas supersticiones) aseguró que no lo hace porque cree que si ocurre finalmente no se concretizará.

“Hace unos años, una noche estaba en una cena aburrida cuando de pronto se me acercó una persona y casi al oído me dijo que tenía una historia para que la escriba. Me contó sobre Guatemala y poco a poco ese personaje de la historia comenzó a ser como una presencia. Esto me llevó a leer varias cosas, fui tomando notas y noté que estaba ante el embrión de una historia. Pero no les cuento más porque no quiero malograr su final”.

Terminó la conversación tan esperada. Muchos de los espectadores trataron de acercarse al Nobel para conseguir un autógrafo. Por la mañana no lo hizo, ya que tuvo un almuerzo en “La nueva Palomino”. Cumplió su palabra y pacientemente estampaba su firma en los ejemplares que le acercaban.

DATO
Hoy tendrá una jornada similar, pues por la noche será su conversación con el reconocido escritor Salman Rushdie.

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