Arequipa

El hombre que alimenta a las plantas y personas con sonidos

28 de diciembre de 2015
El hombre que alimenta a las plantas y personas con sonidos
Por: Rossmery Puente de La Vega P.
 
Besar y abrazarlas mientras les hace oír alguna pieza musical es para Jorge Ramiro Góngora Navarro, el mejor abono para sus plantas. 
 
Cada mañana el dueño de la emisora bautizada con las iniciales de sus nombres: JR, se convierte en jardinero. En el patio de su casa en Miraflores – Arequipa sembró más de cien rosas de todos los colores que crecen entre música instrumental, romántica y folclórica. En su hotel en Urubamba – Cusco, doscientas rosas junto a más de siete mil árboles, entre chirimoya, damasco, pera, manzana, guayaba, thuja, y otras variedades, se impregnan de los mismos ritmos.
 
“A las que les doy más cariño crecen más, pero ninguna se muere”, dijo. JR Góngora no es botánico ni biólogo, estudió derecho, educación y sociología.
 
La música que alimenta a las rosas, frutales y su vida, debe provenir de un buen equipo de sonido. La alta fidelidad es vital, debe ser nítida, sin interferencias que dañen las melodías. JR Góngora no escucha música en su celular como lo hacen los jóvenes quienes no conciben la idea de cargar una radio mientras se trasladan, trabajan o realizan labores cotidianas. “Es horrible, suena muy mal. Me revienta cuando mis hijas lo hacen”, dijo Góngora.
 
INICIOS DE JR
Desde niño, Góngora Navarro mantiene una relación con el sonido y la música. Recuerda que su padre le compró su primera radio, marca Sony. Era la compañera que le daba ritmo a su vida. Caminaba con ella cuando visitaba a su enamorada o iba a la universidad. Le gustaba cantar y bailar mambo. Escuchaba la transmisión de los partidos de fútbol y luego, imaginariamente narraba las jugadas. 
Aprendió a tocar el acordeón para dar serenatas junto a sus amigos.
 
El obsequio que más lo emocionaba era un disco, el primero que le regalaron fue de Paul Mauriat, intérprete de música instrumental. Ahora tiene miles, cada rincón del ambiente que ocupa radio JR y su casa, está invadido por casetes y discos que se camuflan entre los adornos de sillar y madera que decoran los ambientes. Varios de esos adornos fueron moldeados por sus manos en compañía de buena música.
 
JR Góngora tiene ojos pequeños, frente amplia, nariz aguileña y espíritu revolucionario. Ha cumplido 75 años y su vida sigue avanzando a mil revoluciones. Participó en protestas estudiantiles y se marchó a Cuba junto a cuatro compañeros. Llegó solo a Iquique – Chile, porque su papá lo obligó a retornar. Sus compañeros murieron en Angola (África). Se confiesa socialista, pero rechaza que su interés en la política sea con un fin electoral. La revolución que emprendió al fundar JR es otra historia, suena a una melodía de suspenso.
 
Su afición a la radio comenzó cuando estaba en la universidad y seleccionaba la música para el programa “Domingos felices” en radio Concordia, donde el actual congresista, Gustavo Rondón trabajaba como operador. Laboró como profesor en la nocturna del colegio Independencia y en el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, mientras acudía a la universidad. También fue distribuidor de discos a las emisoras locales.
 
Su locutor preferido de la época era Javier Rojas de radio América, conducía el programa Feliz Amanecer, programaba música romántica e instrumental. La extinta emisora 33 ubicada en la calle Álvarez Thomas, fue la que influyó más en su vida por el avance en la evolución de la tecnología utilizada para escuchar la música.
 
Cuando habla, Góngora Navarro es muy expresivo, acelerado. Las palabras salen de su boca a un millón por hora, mientras relata las peripecias que pasó para que surja JR.  Aunque las opciones fueron “República” y “Concierto” el nombre JR (abreviación de sus nombres), ya se escuchaba en su círculo más íntimo e incluso en los cuarteles que frecuentaba por la amistad con un general. El consejo de utilizarlo provino de un sobrino. Dudó, pero luego de revisar información sobre mercadotecnia en Estados Unidos, se convenció.
 
La espera de su nacimiento fue prolongado. En 1985 presentó al Ministerio de Transportes el expediente para la creación de la radio, pero recién cinco años más tarde escuchó la música que estaba esperando. Le dieron la autorizaron y radio JR fue implementada en lo que era la terraza de su vivienda en Miraflores. En la espera se dedicó a avanzar con el hoyo para la torre, la antena de la radio. Sus amigos bromeaban alegando que era un pozo petrolero.
 
JR no nació pensando en dejar ganancias económicas, es el hobby de Góngora. “Es mi pasión y las pasiones no pueden generar dinero”, dijo en la conferencia de presentación de la emisora que está en el 88.7 de la Frecuencia Modulada (FM). Innovó con la construcción del primer transmisor de 50 vatios.
 
Góngora llegó a tener nueve radios en el sur (Moquegua, Cusco, Tacna, Juliaca, Mollendo, Arequipa e Ilo). Ahora agradece, entre risas, haberlas perdido porque seguramente hubiera acabado de congresista. La alianza que mantiene con radio Francia Internacional le ha dado un valor adicional a JR, por las mañanas transmite un noticiero desde París.
 
Inicialmente la voz no estaba invitada en los espacios de JR, con los años apareció el primer locutor. Actualmente están: Marita Gamero, César Vásquez, Percy Altamirano, Daniel Zambrano, Roxana Manrique, Rafael Cruz. Todos están contagiados del virus JR, música para marcar la diferencia.
 
Góngora disfruta los programas de radio que planifica en su “hueco”, una sala pequeña atiborrada de discos. Programa la música que se transmite entre las cinco y las siete de la mañana de lunes a sábado. Los domingos tiene un programa de música francesa de seis a siete de la mañana. Se escucha varias joyas musicales instrumentales de las que tiene mínimo tres mil discos.
 
En JR predomina el rock and pop con sus subgéneros, la música instrumental y clásica, música criolla, música arequipeña, jazz y trova. La propiedad está a nombra de sus hijas (Miluska, Patricia, Ninoska y Elsa), pero él sigue administrándola.  Su hija Elsa, es la más involucrada en la radio.
 
Le han ofrecido comprarla. Han intentado “enamorarlo” desde hace diez años, con ofertas tentadoras, pero ha decidido no deshacerse de su frecuencia. Y ha optado por seguir invirtiendo, recientemente reemplazó el transmisor por uno de tres mil vatios, valorizado en 120 mil dólares. Una alternativa emprendida para ahuyentar a las radios “piratas” que se entrometían en su señal y frente a la inacción que dice existe del Ministerio de Transportes para sancionar a los informales. 
 
Lo mismo que pasa con la emisora ocurre en su hotel en Cusco donde tiene sus plantas. Grandes cadenas hoteleras lo quieren alquilar o comprar, pero él se resiste. “Es como si estuviera enamorado de algo y no quiero compartirlo”, sostuvo.
 
LAS FOTOS
Tomar fotografías con su cámara Nikon es otra de sus aficiones. Las últimas que hizo fueron en su viaje a Cartagena de Indias en Colombia. Llegó entusiasmado por otro proyecto que tiene pendiente: impulsar la marca Arequipa que tiene registrada en Indecopi. El logotipo, en la letra Q, tiene como sombrero la tapa de un rocoto relleno.
 
 “Tú no podrías comprar un disco, un papel o un fósforo sin marca –dijo- ¿Una ciudad cómo no va tener marca?”. Góngora se siente 200% arequipeño.
 
La radio, la música, las fotos y las plantas motivan sus días. JR Góngora Navarro está recuperándose de una operación a los ojos, suspendió la lectura de una obra de García Márquez, pero su dedicación a la radio sigue intacta. JR continúa funcionando con la consigna: “Menos rating, más radio”.
 
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