Arequipa

El honesto taxista con deudas que devolvió dinero encontrado

16 de septiembre de 2016
El honesto taxista con deudas que devolvió dinero encontrado

¿Qué se esconde detrás del conductor que hizo noticia tras devolver más de 3 mil 400 soles a un pasajero? ¿Qué le obliga trabajar más de 18 horas?

Por: Lino Mamani A.
Era una carrera de madrugada aquel martes. De esas en que  recoger un pasajero o tomar un taxi es como una ruleta del destino, en la que nunca se sabe qué sucederá. Minutos antes Juvenal Jauja Hanco sentado en su vehículo, un Tico amarillo (V3Q-595), comprado hace cinco años, esperaba en el paradero de la línea Tres, de Hunter, cuando de pronto, una pareja junto a un varón en estado de ebriedad se le acercaron. Bajó la luna y le pidieron que trasladase al hombre tambaleante hacia el sector de San Luis en Alto Selva Alegre.
–20 soles hasta allá –les dijo, mientras la pareja se buscaba en los bolsillos y solo encontraron 10 soles.
–Al llegar le va a pagar –le advirtieron al dudoso conductor, quien por no seguir reposando y que pase el tiempo, aceptó. Era una carrera de madrugada, que Juvenal nunca olvidará y le contará a sus futuros nietos.
UN INSULTO, UN PERDÓN
En el transcurso del camino, se le ocurrió recordarle al pasajero sentado como copiloto, que no se olvide de pagar por el servicio. Pero el varón se ofuscó y empezó a insultarlo y a presumir que tenía mucho dinero incomodando al hombre del volante. Entonces, apenas llegó a la zona inesperadamente el pasajero se bajó sin cancelar los 10 soles restantes por la carrera. Juvenal sintió que perdió y que era inútil discutir con él. Decidió retornar a Hunter, donde queda su vivienda.
Fue en el regreso cuando notó una bolsa con billetes bajo el asiento, lo cual decidió que la mejor opción era acudir a la comisaría del sector a reportar el hallazgo. 
Un acto que muchos ciudadanos, lo digan o no, hubieran actuado de diferentes modos envalentonados por la ambición o por la necesidad. 
-Me puse en su lugar, quizás el pasajero tendría que pagar algunas deudas como yo y no podía hacerle ese daño –relatará después Juvenal, al ser consultado. 
Efectivamente, horas después, el dueño del dinero fue ubicado y se aproximó a la dependencia policial a recoger sus billetes. Julio Lima Aguilar recibió en manos la cantidad que había olvidado y que iba a ser destinada para pagar algunos préstamos. Pidió perdón al conductor por su actitud y en gratitud lo compensó con 100 soles.
SOLO EL EJEMPLO
A Juvenal muchos de sus compañeros de trabajo le increpaban por su acto. Le dijeron que era un tonto por haber devuelto el dinero, que hubiera servido para que pueda pagar el préstamo del banco, las cuentas de los servicios, las pensiones de los colegios de sus hijos u otro fin.
El taxista honesto tiene una deuda de siete mil soles, que hace que tenga que salir a trabajar en dos turnos diariamente. Sale desde las 07:00 hasta las 14:00 horas y luego de una hora de descanso vuelve a la calle hasta las 02:00 horas de la madrugada. Pero antes de su interés, prevalecieron sus valores y el demostrarles a sus dos hijos cómo deben actuar cuando se encuentren en estas circunstancias.
-Mis hijos, mi familia me felicitaron, en el trabajo también y eso me hace sentir muy feliz y contento conmigo mismo -cuenta el conductor de 37 años, quien hace una década optó por ingresar al oficio de taxi, como lo hicieron más de 30 mil taxistas que recorren la Ciudad Blanca en busca de que alguien requiera de sus servicios de traslado.
Fue la segunda vez en que Juvenal se encuentra en esta situación. La primera fue cuando una pasajera se olvidó algo más valioso: un hijo. Una dama con sus cuatro retoños le solicitó que la traslade desde el Avelino hacia Hunter. Al llegar al destino, la mujer bajó apresurada con sus hijos sin percatarse que uno se había quedado dormido en el asiento trasero.
-No me di cuenta. Una pasajera subió y me dijo que mi hijo se había dormido y yo no le entendí hasta que por la radio de la empresa, dijeron que una señora que había sido llevada en taxi a Hunter, había olvidado uno de sus hijos. Fue cuando volteé y vi al niño durmiendo -relata el chofer riendo.
DATO
En una sociedad en donde cada vez se incrementa la delincuencia y existe una pérdida de valores, que alguien haga lo correcto llama la atención. Mientras tanto, Juvenal sigue en su auto transitando por las vías en espera de que alguien estire la mano y le tome una carrera. Esta vez, espera que le paguen completo.
 
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