Fernando Zevallos: “Es un privilegio dedicarse al circo”
El director artístico, creador y fundador de La Tarumba, en esta entrevista cuenta a Diario EP parte de su vida e historia, así como detalles del espectáculo que presentarán en Arequipa del 12 al 29 de octubre con “Camborio”, un homenaje a la cultura gitana.
¿Qué tal los ánimos a solo unas horas de la primera presentación de Camborio en Arequipa?
Yo estoy feliz, feliz de regresar a Arequipa después de cinco años porque hay un vínculo muy especial entre el público de Arequipa y La Tarumba. Es como si desde la primera vez conectáramos. Es como cuando uno conoce a una persona y de repente, desde el primer minuto se desarrolla una amistad. Eso es lo que nos pasa con el público aquí.
Varias fechas de sus funciones están agotadas ¿Tenían la expectativa de que Arequipa los reciba así?
Yo nunca estoy al tanto de eso, nunca pienso en eso. Pero ahora me he enterado por el equipo de prensa que las entradas estaban agotadas. Me encanta eso, lógicamente, porque lo ideal es que uno sepa que la cosa está funcionando. Entonces, si eso está funcionando, yo me puedo concentrar en lo que me toca, que es llevar el espectáculo de la mejor manera posible. Porque eso es lo que se merece el público, eso es lo que espera el público de nosotros.
¿Qué significa Tarumba?
La locura. Decir Tarumba, es decir, estás loco. Ese tipo está loco, ese tipo está tarumba y yo estoy bastante tarumba (se ríe).
¿Cómo nace este sueño?
Desde niño. Seguramente fue un sueño propio de la inocencia infantil, que de pronto fue creciendo junto conmigo. Y llegó el momento, de pronto, cuando encontré a Estela, cuando nos encontramos con Estela Paredes, arequipeña, dicho sea de paso. Y ahí fue cuando empecé a ver que esto podía ser realidad. Pero cuando iba a los circos de pequeño, me fascinaba muchísimo. Mi familia me cuenta que yo iba desde que estaba en el vientre de mi madre, entonces seguramente ahí adentro ya estaba sensibilizándome hacia el circo. Y luego hay un momento también muy especial que tengo presente, es cuando tenía 7 años y murió mi padre en un accidente de aviación. Lógicamente, se instaló la tristeza y la pobreza ¿no? Y yo encontraba en el circo un refugio, una reserva de paz y alegría. A partir de ahí, el vínculo que fui desarrollando con el circo fue más concreto. Sentía que el circo estaba curando un poco mi alma y hasta ahora lo siento así. Y es por eso que este circo en particular tiene un ingrediente, un objetivo. En La Tarumba, a través de todos los espacios, no solo en el espectáculo, es hacer felices a los demás. Es un poco devolver lo que el circo me daba a mí. Siento una gran satisfacción cuando veo que los niños, jóvenes, viejos y todos salen felices de la función. No solo es un momento para entretenerse, es un momento para ser felices.
¿Tú como director decides todo o tienes un equipo que te ayuda en la organización?
Es un equipo. En cuanto al espectáculo, tenemos un equipo al que yo llamo el equipo de directores. Cuando nos reunimos, yo llego con una idea y se la transmito al equipo. En la siguiente reunión, ellos aportan sus ideas y propuestas. Muchas veces, estas propuestas pueden modificar o desechar algunas de las ideas originales que yo había planteado. También se pueden tomar propuestas que no estaban pensadas en la idea original. Una vez que llegamos a un acuerdo y coincidimos en lo que queremos hacer se va convocando a los artistas y comenzamos a trabajar con ellos. Con los artistas de circo, especialmente los extranjeros que se encuentran en diferentes partes del mundo, tenemos la particularidad de trabajar a distancia. Gracias a la tecnología, podemos realizar este trabajo de forma virtual. Yo planteo la idea, el equipo de directores da su contrapropuesta, llegamos a un acuerdo y ellos se ponen a ensayar. Me van mandando los vídeos de sus ensayos. Esto nos toma más o menos un año, yo ahora ya por ejemplo estoy trabajando lo del 2024.
Cuéntame sobre la adrenalina de estar hoy día aquí y mañana en otro país
Es un privilegio realmente dedicarse al circo. Tener esta profesión es un privilegio, porque amplía tus horizontes y tus conocimientos. Te toca interactuar con gente de distintos países y culturas, lo cual es un constante aprendizaje. Además, es un aprendizaje a nivel de sentimientos y emociones. Por ejemplo, yo llegué el lunes de Chile y el martes, a primera hora, ya estaba en Arequipa. En Chile participé en un festival de circo al que acuden personas de distintas partes del mundo, ya sea para competir con sus números, como directores o dueños de circos que quieren contratar, o como agentes que representan a distintos artistas de Europa, Asia, Estados Unidos y Latinoamérica. En este contexto, uno se reencuentra con gente que no ve hace muchos años o conoce nuevas personas. Aunque hablamos diferentes idiomas, el idioma que compartimos es la pasión que sentimos por el circo. Además de eso, es maravilloso ver como algunos adultos se reencuentran con otros de su edad, que no se veían desde que eran niños y coincidieron en el circo en tal país. Estos reencuentros son una lección de vida. La intensidad y la vivencia del circo en pocas semanas deja lecciones valiosas que le sirve para todo no solo para circo.
¿Es fácil o difícil dirigir un circo?
Es laborioso, pero ¿por qué me voy a quejar si puedo vivir de mi pasión, de lo que más me gusta? Me revitalizo cuando lo hago.
¿Si volvieras a nacer escogerías esta vida otra vez?
Por supuesto y además te digo una cosa. Soy honesto, no sé hacer otra cosa que no sea circo (se ríe).
Para terminar ¿qué va a encontrar el público cuándo venga a ver el espectáculo de La Tarumba?
Encontrará lo tradicional en un circo, como trapecios, equilibrios a gran altura, payasos, acrobacias y caballos, pero, además, encontrarán una historia sobre la cultura gitana. La razón por la cual decidí abordar este tema es porque me apasiona y me ha fascinado desde siempre. Además, a través de la metáfora del mundo gitano, puedo transmitir al público lo que son las migraciones en el mundo en este momento. Cuando decidí tocar este tema, una de las preguntas que surgió fue: ¿qué está sucediendo en la humanidad para que las personas tengan que huir de sus lugares de origen? Es como escapar de la desgracia y la desesperanza, en buscar un poco de esperanza y una vida mejor en otro lugar. Esto ha ocurrido y sigue ocurriendo con los gitanos, al igual que con los venezolanos en Latinoamérica y con personas en todas partes del mundo. En mi espectáculo planteo esta reflexión, teniendo mi opinión y posición, pero también brindando la libertad al público de tener la suya. Es un enfoque elaborado para atraer al público, por lo que encontrarán todos los números típicos de un circo, además de una atmósfera vital y alegre propia del mundo gitano.
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