Arequipa

HISTORIAS DEL TUTURUTU: Los puentes de ingreso a la Ciudad Blanca

1 de marzo de 2015
HISTORIAS DEL TUTURUTU: Los puentes de ingreso  a la Ciudad Blanca
El poético río Chili parte en dos la Ciudad Blanca desde hace cientos de años, siendo atravesado por cuatro importantes puentes: tres antiguos y uno que aún no lleva un año de habilitada. Cada una guarda su historia, una diferente de la otra, a pesar de cumplir la misma función.

-¿Amigo Tuturutu antes de llegar a esta plaza estuve por el puente Bolognesi, qué sabes de esta estructura, cuéntame? –le pedí.  
La figura, haciendo un silencio de unos segundos, inició su narración.

Es “pué” el más antiguo que tiene Arequipa. Por eso le llamaban el Puente Viejo; y antes lo conocían como  Puente Real, debido a que esa calle que llega hasta a una esquina de mi Plaza Mayor se llamaba Real durante la colonia. Hoy es calle Puente Bolognesi.

Su estructura fue proyectada con sillar y calicanto diseñada por el arquitecto Juan de Aldana, iniciando su construcción el 11 de junio de 1577. Esta imponente obra demoró hasta 1608 para ser culminada y es que sus enormes bases y estructuras demandaron mucho tiempo y dinero: Se invirtieron 150 mil pesos.

Lleva 406 años de erguido, siendo el nexo entre la ciudad y los nuevos pueblos asentados en la otra ribera del río. Sus gruesos arcos hicieron que resista a los embistes de los terremotos que Arequipa sufrió, como el de 1868 donde la ciudad quedó destrozada, pero su puente siguió en pie.

En sus costados, se erigieron nuevas viviendas, como los conocidos tambos. Lugares que eran zonas de descanso de los comerciantes que llegaban a tierras mistianas. Todavía perduran estas casonas, donde antaño interminables fiestas se realizaban, especialmente en las calles El Beaterio y Antiquilla.

-¿Qué de importante ocurrió en este puente? –consulté.

Era el principal nexo de ingreso y salida a la ciudad. El principal recorrido de quienes llegaban a Arequipa era pasar por Congata y Pampa de Camarones para luego alcanzar la calle Antiquilla.

Por aquí hicieron su entrada virreyes, gobernantes y obispos, recibidos con honores. También en su momento, Flora Tristán y hasta el libertador Simón Bolívar, en 1825.

-¿Cómo fue?
El historiador, Guillermo Zegarra Meneses, en su libro “Arequipa, en el paso de la colonia a la  república” describe algunos detalles. Cuenta que antes de entrar a la ciudad un grupo  de pobladores salió a su encuentro, para saludarlo y entregarle un magnifico caballo “ricamente enjaezado, con estribos, brocado, pretal y adornos de silla y de brida de oro macizo”.

Seguramente sobre el lomo de este equino, entró por el puente Bolognesi. “Toda la población,  puede decirse, que salió a las calles (…), el júbilo se hizo indescriptible. Las campanas se lanzaron al vuelo, las salvas atronaban los aires y de las azoteas y ventanas, adornadas con encajes, tapices y banderas de las cuatro naciones combatientes, las damas arrojaban flores, mientras que el pueblo, con emotiva sencillez, se descubría, aclamándolo como su verdadero Libertador”, escribió.

 Recordando este momento, el 20 de mayo de 1825, en una carta dirigida al entonces vicepresidente de la Gran Colombia, Francisco de Paula Santander, Bolívar le dice que el Perú era bastante hermoso y Arequipa, espléndida.

-¿Y el Puente Grau?
Ese puente fue construido desde 1884, siendo los arquitectos Juan Rodríguez Prado y Manuel H. Prado, los contratados por el Concejo Municipal para esta labor. Los profesionales solicitaron 11 mil 985 soles para la mano de obra, siendo una acción desprendida y en favor de la Ciudad Blanca. La comuna tenía que comprar los implementos.

Jorge Bedregal La Vera escribió en su artículo “El Puente Grau: Algunos aspectos históricos” que el arquitecto Rodríguez era un profesional destacado, quien se había encargado de reconstruir las torres de la Catedral que se cayeron tras el terremoto de 1868 y el observatorio de Carmen Alto, entre otros.

“Durante la construcción, en octubre de 1884, se acordó bautizar la obra como «Puente Grau», recibiendo el antiguo puente de la ciudad, el de «Puente Bolognesi», en clara remembranza a los héroes de la guerra del Pacífico”, contó.

Esta obra sufrió varias modificaciones, concernientes a la altura de los machones, los muros de retén, de los arcos y demás reformas para que en 1898 quedara culminada. La corriente del Chili, en varias oportunidades amenazó con afectar sus bases.

Una de las más fuertes fue el 04 de febrero de 1975, cuando la potencia del caudal provocó el desplome del soporte izquierdo del Puente Grau. En aquellos momentos se construía la pista de Circunvalación, que sería luego bautizada como avenida La Marina –narró Bedregal- que motivó la apertura de un cuarto arco sobre la vía.

“El 12 de marzo del mismo año se aprobaron los estudios para las obras de reconstrucción (…), allí se determinó que lo derrumbado en el puente abarcaba 13 metros en su parte superior, ocho metros en la parte inferior y había afectado aproximadamente siete metros de la plataforma del puente”, redactó. Tras estos problemas, fue reconstruido. Por aquí pasaron los tranvías, acémilas y luego los vehículos.

-¿El puente de Fierro, cómo fue que se construyó?
Esta estructura fue fabricada en Estados Unidos por Juan Thorndike en 1862. Costó un millón de soles y es desarmable.

“Fue traído en barco hasta Mollendo y luego transportado por el ferrocarril que se construía hasta Arequipa. Lo ensamblaron entre 1869 y 1870, habiendo sido inaugurado junto a toda la línea férrea el 01 de enero de 1871; de la fiesta que duró 15 días participó el presidente (del Perú de entonces) José Balta, que llegó en un buque de guerra acompañado de cientos de invitados, otros cientos llegaron en buques alquilados por (Enrique) Meiggs (quien lo construyó). En esa ocasión, el puente había estado iluminado en su integridad. A decir de Ramón Gutiérrez, fue una de las grandes obras que el Ferrocarril del Sur dejó a Arequipa” describió en su libro “Arequipa, calles, plazas y puentes” el investigador, Mario Rommel Arce.

El Puente Fierro está a una altura de 37 metros del cauce del Chili, tiene una extensión de 386 metros, entonces fue el más largo del mundo hasta 1889  y por sus rieles pasaba el ferrocarril hacia Cusco. Con el tiempo fue desplazado y se le agregaron veredas de madera y los trenes fueron cambiados por vehículos motorizados. Este puente fue declarado Monumento nacional el 27 de noviembre de 1985.

Finalmente, he de decirte que el cuarto puente principal de la ciudad es el Chilina. Una obra moderna que se inauguró en noviembre del año pasado y que se vislumbra como uno de los más importantes. Aunque, es cierto, que sigue generando polémica por algunas presunciones de irregularidades en su construcción.
Estos puentes no son los únicos que cruzan el Chili en la Ciudad Blanca, existen otros como el de Tingo, el puente Quiñones y el puente San Martín que cumplen su función. También está el inconcluso puente Héroes del Cenepa, que lleva 17 años sin ser terminado, obra que  fue del alcalde, Roger Cáceres Pérez. Por mandato judicial se declaró la zona intangible.

Como podrás notar, la mayoría de ellos cumplen su función de ser el enlace de los extremos. Los vehículos van y vienen. Si hay otras cosas que comparten, es que también son lugares elegidos por las parejas de enamorados para cerrar candados en señal de su amor. Pero los más decepcionados, procuran erróneamente acabar con su existencia lanzándose desde alguna de sus cimas. Muerte y alegría, engloban a los puentes.
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