LA INSEGURIDAD EN AREQUIPA

Hubiera gustado a todos que luego de las personales y espectaculares actitudes del ministro del Interior, Daniel Urresti, los peruanos en general y los sureños en particular, se sintieran mas seguros ante una delincuencia que hace de las suyas, y cada vez en incremento, a nivel nacional.

Lamentablemente los resultados que se perciben no son así. Sino que, por el contrario las cosas parecen estar incluso peores que antes, en lugares como Arequipa, Puno y Tacna, y según parece también lo están en Cusco con atentados contra el patrimonio monumental.

Un reporte del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), elaborado a comienzos del tercer trimestre de este año, permiten asegurar que en Arequipa el 92 por ciento se considera en riesgo al caminar por las calles o al abandonar hogares.

La situación es peor cuando se sale del área céntrica de la ciudad capital y llega a bordear el 100 por ciento en los distritos, dependiendo solamente de cuán mas lejos esté de la Plaza Mayor.

Aquí falta todo en lo que se refiere a seguridad: no se ven policías en las calles, tampoco patrulleros en servicio de vigilancia  y en las zonas rurales hay falta de comisarías y de apoyo logístico necesario para disuadir a maleantes o para procurar su captura.

El INEI dice que en Tacna, la percepción de inseguridad llega al 95 por ciento y en Puno al 94%.

El informe dice que en toda población que tenga mas de 20 mil habitantes hay presencia delincuencial, peor aún en el sur, y en el país entero la percepción ciudadana considera enteramente posible, que las cosas no mejoren en los próximos 12 meses.

Está claro que los gestos y actitudes del Ministro no han calado lo suficiente en una ciudadanía descontenta por el incumplimiento de una obligación estatal que resulta burlada por bandas organizadas y hasta por sicariato ahora existente.

Pareciera que la tarea de un hombre no puede cambiar ese estado de cosas y que se requiere de una reforma policial real y de una limpieza al interior de esta institución.

 

Las perspectivas de inseguridad para el próximo año no parece ser confiables para mayoría ciudadana que ahora se siente descuidada por policías y serenos.