Arequipa

Logran 70% de pureza en aguas de desagüe

13 de marzo de 2016
Logran 70% de pureza en aguas de desagüe
Por Roy Cobarrubia V.
 
El río se convirtió en una coladera. Una especie de desagüe público y sin dueño. El agua, hasta hoy, es utilizada para regar cultivos en los distritos de Tiabaya, Uchumayo y La Joya. Zonas donde se riega cultivos y se consume líquido con partículas de heces y otros elementos tóxicos.
La Gerencia Regional de Agricultura registra desde 1950 un crecimiento poblacional exagerado, un proceso que acabó con desaparecer los terrenos agrícolas y la campiña. «En el 50′, residían 150 mil habitantes, luego tras la fallida Reforma Agraria inició un proceso de migración hacia las ciudades, no solo fue Arequipa también en otras regiones. Sin embargo nos convertíamos en la segunda ciudad más importante del país. Ya en 1980 explota, y lo que antes eran zonas agrícolas se vuelven zonas urbanas», dice Mirko Avendaño, gerente regional de Agricultura de Arequipa. 
La ciudad, según Agricultura, deja de ser una zona de producción agrícola y se consolida como una zona industrial. Se expande las fronteras urbanas hasta llegar a los márgenes y linderos del río. «Aparecen desagües domésticos, que existían pero eran en menor medida, y los vertederos industriales», declara Avendaño. La ciudad cambia, progresa y el río enferma. 
«Los registros biológicos decían que no se podía consumir ni utilizar el agua para algún uso público. Es decir doméstico o agricultura. El agua estaba 100% contaminada», dice el director de la Autoridad Administrativa del Agua I Caplina Ocoña y representante de la Autoridad Nacional del Agua en Arequipa (ANA), Isaac Martínez Gonzales. El agua con elementos contaminantes servía para irrigar 38 mil hectáreas de suelo dedicado a la agricultura. «Las verduras producidas en la zona regulada comenzaron a ser rechazadas para la exportación», dijo Avendaño. Productos de tallo corto como la zanahoria, lechuga, repollo y alfalfa comenzaron a producir en menos del 50% de su producción por hectárea o tendían si se prestaban para salir del país a ser regresados por ministerios de salud de extranjeros. «Se le conoce como residuo contaminante, la planta absorbe lo que encuentra en el líquido. En ese proceso absorbe contaminantes y los hace parte de su crecimiento», explica el gerente de Agricultura. 
La contaminación comienza a dañar a aquellos productos denominados de tallo corto. Productos de corte industrial como el ajo, la cebolla, el páprika, que se estancan en el proceso de exportación. A este problema se suma la producción de la leche. El ganado vacuno producto de la mala agua y de la alfalfa en malas condiciones colabora a que el producto lácteo sea desvalorado por sus bajos niveles de producción y lo niveles de contaminación. 
«El principal contaminante estaba en Alata. Era un vertedero enorme. Un acto delictivo contra el río y con muchos testigos, nosotros, los arequipeños», expresó Martínez. Y en efecto, Alata era el mayor contaminante del río. Según la ANA las bacterias que se encontraban y que aún están presentes en el agua son resistentes a 40 grados de calor. Es decir, una sola hervida si fuera el caso de un vegetal, no destruiría totalmente a la bacteria. 
Según estudios de Agricultura, tres puntos fueron identificados a lo largo del río Chili que si no eran el 100% de la contaminación representaban un nivel importante de aporte destructor para el río. Alata, Huaranguillo y Arancota. Un total de 1250 litros por segundo de aguas servidas, residuales. 
El Gobierno Regional de Arequipa dejo de apostar por la agroexportación de productos de tallo corto en la zona baja del río Chili y en las zonas conocidas como la Joya nueva y la Joya antigua. «Como gerencia desechamos la idea de promocionar algunos productos de la zona regulada y apostamos por sembrar productos de tallo largo», explico Avendaño. 
Se optó por otro tipo de plantas que no llegarán a consumir productos químicos. Las plantas de tallo largo lograban disipar en el camino de alimentación elementos nocivos. La siembra de palta, granada, uva comenzó a crecer. «No la devolvían. Los exámenes daban negativo en efectos residuales», dice el gerente regional de Agricultura. 
Según la ANA el Chili cuenta con 50 puntos contaminantes en un recorrido de 35 kilómetros. 
Cada uno de ellos en menor o mayor cantidad contamina el río, lo mata. Desagües, aguas subterráneas, elementos agroquímicos colaboran a destruir y contaminar el agua. El inicio del problema se encuentra en el Valle de Chilina y termina en el Puente de Tingo. 
Cabe mencionar que en el año 1991 el brote epidémico del cólera se presentó en el distrito de la Joya. “El agua contaminada transmite bacterias. En La Joya se presentó el brote del cólera hace más de 20 años atrás. ¿Por qué en ese lugar?, porque consumían y consumen agua con partículas fecales”, explicó el jefe de Epidemiología de Arequipa, Jorge Velarde. Según el galeno La Joya es la segunda ciudad en la provincia que presenta mayor índice de Enfermedades Diarreicas Agudas (EDA).
 
NOTICIA
En el 2015 una noticia sorprendió a la ciudad. Un hombre con una especie de caña de pescar probaba suerte en el río Chili. Recorrió a pie parte de la Av. La Marina y al finalizar su faena atrapó a un par de truchas. Un hecho curioso para la población y sorprendente para los que pensaban que un río muerto no podía dar vida. Algo pasó. En octubre del 2015 la empresa Cerro Verde, a través de Sedapar y alcaldes de Arequipa, decidieron poner en marcha la planta de tratamiento La Enlozada. «Es como un milagro, fuera de las controversias políticas», expresa Martínez. 
La planta inicio en un período de prueba por 18 meses. Vertederos como el de Alata y Huaranguillo fueron conectados al sistema de la planta. «Los últimos exámenes indican que se disminuyó en un 70% los niveles de contaminación del agua, un avance importantísimo», dice Avendaño. 
La capacidad de tratamiento de La Enlozada es de mil 800 litros por segundo y tuvo un costo de 950 millones de soles. Un metro cúbico por segundo es utilizado por la empresa minera Cerro Verde y 350 litros por segundo retornan al río. 
«Fue un aporte valiosísimo en el proceso de descontaminación, pero no del todo, pues aún hay factores que no permiten la limpieza total del río», dice Martínez. Durante el 2015 la ANA inició un proceso sancionador por verter aguas residuales a cinco personas naturales, empresarios de hoteles y dueños de viviendas domésticas. El río se cura, al parecer, pues ha iniciado un proceso de descontaminación.
 
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