Arequipa

Mi ángel Salvador

30 de septiembre de 2018

Por: Mariela Zuni M.

Juan Zenteno Díaz se considera un hombre bendecido. El suboficial de la Policía en retiro cada día da gracias a su ángel “Salvador” que le devolvió la vida, cuando esta se le escapaba como agua entre los dedos al sufrir un infarto al corazón.

Su diagnóstico era funesto. Tenía una cardiopatía y la destrucción de la válvula mitral tras el infarto. Por su grave estado de salud lo trasladaron del hospital de la Policía en Arequipa al Instituto Nacional Cardiovascular del Seguro Social. Estaba en “falla cero”, eso quiere decir que el paciente se encontraba al límite de su vida.

Tras un año y medio de espera, el arequipeño de 63 años de edad obtuvo un corazón que le permitió prolongar su vida de manera relativamente normal, con los cuidados postoperatorios en alimentación y actividad física.

Fue el 5 de enero de 2017 que Juan volvió a nacer. El corazón de un donante de 45 años llenó su pecho de vida. Desde entonces, con cada latino agradece a su “angelito” que le dio la posibilidad de reencontrarse con su esposa y sus tres hijas.

Pero los ángeles de esta historia son Salvador -el donante- y sus cinco hermanas. Él que siempre obró con bien hasta el fin de su existencia y ellas que permitieron que la voluntad de su familiar se respete para ayudar a prolongar la vida de otras personas.

Salvador murió a causa de un accidente. Su corazón era compatible al de Juan, quien tras varios meses de espera se encontraba al borde de la muerte. Así se cumplió el ciclo de la acción más noble y solidaria que puede realizar el ser humano, el ser un donador.

La vida permitió a Juan conocer de forma casual a la familia de su donador. Fue en una reunión de trasplantados realizada en Lima, hasta entonces solo sabía que su donador era un varón de 45 años.

Salvador hizo honor a su nombre hasta su última exhalación. Sus hermanas, quienes decidieron aceptar la donación, consideran a Juan parte de su familia, pues en él se prolonga la vida de su ser querido.

Zenteno Díaz muestra con orgullo el “SI” impreso en su DNI. Decidió contar su historia para que otras personas y sus familias acepten la donación de sus órganos como un acto de amor. Como un paciente trasplantado conoce el padecimiento de la prolongada espera, pocos lo logran y esto debe cambiar.

Según el Ministerio de Salud en el país a diario mueren entre 2 a 3 personas por falta de un trasplante. Existen 6 mil pacientes en la lista de espera que necesitan un órgano para seguir viviendo. En 2017 hubo 52 donantes y gracias a ellos se hicieron 708 trasplantes. En la primera mitad del año en curso 25 personas fallecidas dieron sus órganos para 299 trasplantes.

En Arequipa este año se registraron tres donantes, de los cuales se pudo trasplantar riñones, hígado y páncreas. También se realizaron exitosamente el trasplante de tejidos (20 córneas implantadas). Sin embargo, en lista de espera hay unas 90.

El coordinador de Procura y Trasplante del hospital Carlos Alberto Seguín Escobedo, Gustavo Dante Ortega, mencionó que los recientes trasplantes son un gran avance, pero eso no es suficiente, pues se requieren más donantes de órganos y tejidos. La tasa de donantes de órganos y tejidos es de 1.6 donantes por cada millón de habitantes, una de las más bajas de América Latina.

Uruguay tiene un promedio de 16 donantes por millón de habitantes, mientras que Brasil y Argentina tienen 15 donantes por millón. En Europa, España tiene 35 donantes por cada millón de habitantes.

La Dirección General de Donaciones, Trasplantes y Banco de Sangre (Digdot) del Minsa señala que el principal problema para hallar donantes es la negativa de la familia del fallecido. En el país hay cerca de 131 mil personas que han firmado el acta de consentimiento del donante. De igual modo, se estima que el 14% de los ciudadanos ha consignado en su Documento Nacional de Identidad la voluntad de donar sus órganos y tejidos.

“Es necesario que el donante interiorice su deseo en la familia y que ellos también pueden ser donantes”, dijo el médico especialista. Estudios demostraron que más del 70% de nuestra población está de acuerdo y tiene una predisposición favorable a la donación con fines de trasplante, pero no la autoriza debido a temores generados por falta de información adecuada en relación al trasplante, la muerte, la forma cómo se asignan los órganos donados, la existencia de supuestas mafias que trafican con ellos o el miedo a que se deje a una persona sin atención médica esperando que fallezca si ha consignado su voluntad de ser donante.

Recordemos que un solo donante puede salvar la vida de hasta 10 personas, en vista de que es posible trasplantar riñón, páncreas, pulmón, hígado, corazón, piel y córnea, entre otros.

El órgano que más se necesita para trasplante es el riñón, seguido por el hígado, el corazón y otros como el pulmón, el páncreas y tejidos como las córneas. Solo en la capital de la República, cada año se pierden 400 potenciales donantes de órganos por creencias, temores y desinformación, entre otros factores que condicionan una alta negativa familiar.

Las personas en vida, además de la sangre también pueden realizar la donación de médula ósea. Tan necesaria para el tratamiento de los niños que padecen de leucemia. El proceso no es doloroso y la recuperación se da en 15 días, luego de la intervención. El tejido extraído se regenera en tres meses, y no genera ninguna consecuencia para la salud del donador.

Para que el Perú ingrese al Registro Mundial de Médula Ósea, que tiene una base de 30 millones de donadores, falta completar ocho mil personas más y lograr así incorporar el registro nacional para que los pacientes que están en lista de espera tengan más posibilidades de encontrar una médula compatible.

CONVERTIRSE EN DONADOR

La forma más importante es expresando el deseo de ser donante a nuestros familiares directos con la finalidad que ellos hagan cumplir nuestra voluntad. Adicionalmente la podemos hacer constar al tramitar nuestro DNI o podemos suscribir el Acta de Donación que quedará registrada en el Registro Nacional de Donantes de la Organización Nacional de Donación y Trasplante (ONDT).

EXTRACCIÓN DE ÓRGANOS

El período durante el cual se mantiene artificialmente la respiración y el latido cardíaco después que la persona ha muerto, estado que se conoce como Muerte Encefálica, es el tiempo del que se dispone para que los familiares autoricen la donación, se hagan estudios especializados y se traslade el cadáver a sala de operaciones para extraer y preservar los órganos donados.

Se puede donar tejidos como córneas, piel o huesos hasta después de seis horas del paro cardíaco irreversible.

CRITERIOS PARA ASIGNAR LOS ÓRGANOS

El primer criterio es que exista compatibilidad de grupo sanguíneo entre el donante y los posibles receptores. De lo contrario, el órgano sería rechazado de inmediato. La urgencia del trasplante, este factor es válido para corazón, hígado y pulmones.

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