Persiste drama de arequipeños que desean retornar a su hogar
Muchos desean llegar a sus pueblos para estar junto a su familia.
Estos 30 días de confinamiento en la casa de un familiar, donde ya se ha gastado hasta el último sol de sus ahorros, no han logrado arrebatarle a Dilsa López la esperanza de retornar a su querida tierra que la vio nacer y donde la esperan su esposo y el resto de sus hijos: «Tomepampa», un distrito que se encuentra ubicado en Cotahuasi, en la provincia de La Unión.
Ella, junto a su pequeño de seis años de edad, por motivos de salud, llegó a la Ciudad Blanca días previos al 15 de marzo, cuando el presidente Martín Vizcarra declaró el estado de emergencia y la inmovilización social obligatoria en todo el territorio peruano, ante el avance del coronavirus.
«La agricultura es el único sustento de mi familia. Allá en Tomepampa junto a mi esposo cultivamos papa, maíz, kiwicha y quinua para solventar los gastos. A pesar de mi condición de vulnerabilidad no he sido beneficiada con el bono de 380 soles, ni con una canasta de víveres. Solo deseo volver a mi hogar con mi esposo y el resto de mis hijos», dijo entre lágrimas.
Dilsa nos comentó que ella viajó hasta Arequipa para recibir una cita médica por una dolencia que ha sentido en los últimos meses y que le ha impedido desarrollar sus actividades diarias con total normalidad.
«Nunca pensé que me iba a quedar atrapada en Arequipa. Aquí la comida escasea y el dinero también, pido a las autoridades que nos ayuden porque estamos desesperados«, finalizó.
MÁS CASOS
Pero el caso de Dilsa no es el único en Arequipa que vale la pena contar. Como se recuerda unos días atrás, ante la desesperación de no tener alimento para sus hijos, emprendió el viaje a pie con sus pequeños rumbo a Apurímac. Para suerte suya, el Gobierno Regional de Arequipa ya le brindó albergue y comida para que no exponga su vida.
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