Política digital: De redes, propuestas y pasquines

Por:  Alonso Mujica (*)

 

La semana pasada escribí sobre como las redes sociales habían modificado radicalmente la forma en la que se hace comunicación en las campañas políticas y ciertamente lo estamos viviendo todos los días. Esto, como todo en la vida, tiene un lado positivo y uno que no lo es. A continuación algunas reflexiones.

 

De estrategias comunicacionales

Para todos los que alguna vez hemos trabajado en una campaña de comunicaciones, podemos concluir que algunas de las fortalezas de una buena campaña residen en la: simplicidad, consistencia y contundencia de los mensajes. En más simple es decir que las “ideas fuerza” de la campaña sean pocas, simples, entendibles al público, que se repitan en todos los puntos de contacto y que sean contundentes en la forma en que no dejen duda alguna de qué es lo que se está hablando.

 

El lado propositivo

En ese sentido, se cuentan con muchas herramientas para comunicar en esta campaña política. Particularmente y del lado propositivo, ambos bandos cuentan con las cuentas oficiales del candidato, las cuentas oficiales de los voceros, las cuentas de grupos de apoyo ya sean del partido o de colectivos, los influenciadores digitales y los militantes (las cuentas personales de todos las personas que apoyan a las campañas). Todas estas cuentas, si es que nos ceñimos al principio descrito líneas arriba, deberían tener menesajes simples, consistentes y contundentes alineados a la estrategia general de la campaña política. Y esto está directamente relacionado a lo que habla el candidato y los voceros políticos en la prensa, mitines y demás.

En ese sentido, vale la pena elogiar la consistencia de todos estos elementos en la campaña de Fuerza Popular, ciertamente existe una disciplina de ejecución muy correcta en los mensajes y consistencia en todos los puntos de comunicación con el público. Salvo ciertas descoordinaciones en prensa cuando agarran a un vocero desprevenido como el Señor Salazar y los engaña muchachos, han sido bastante consistentes.

Del otro lado, Peruanos por el Kambio ha pasado por dos y hasta tres estrategias de campaña desde la primera hasta la segunda vuelta y ha ido adquiriendo esa mayor consistencia en las últimas semanas probablemente originado por el cambio total de ejecución para la segunda ronda de elecciones.

 

Los trolleos y pasquines

Este yo diría que es el punto más bajo de la campaña actual, que ha estado plagada de ataques en los últimos días y esto se ha visto aún mucho más magnificado en las redes sociales. Lo peor es que al no estar restringidos por una línea editorial, como si lo está un medio de comunicación, en las redes se puede decir de todo (insultos, infamias, calumnias y demás) y se puede hasta llegar a inventar de todo. El problema de todo esto, muy aparte de una tergiversación perversa del objetivo para el cual nacieron las redes sociales, es que muchas veces se cae en un juego muy sucio de manchar honras, difamar e inventar cosas. No permitamos que los pasquines del ayer se transformen en “trolles” digitales.

Esta suerte de sicariato digital se ampara en el anonimato de grupos de Facebook, perfiles huevitos de Twitter y demás. Lo más serio es cuando personas influyentes, a las que muchas personas siguen y respetan, se prestan a ese tipo de juego de las comunicaciones. Acá lo importante es señalar que el hecho de que esté en redes sociales no hace algo verdadero ni falso, hay que saber buscar las fuentes y ver quien o quienes son los que comparten información y con qué intención. Lo que me pregunto es: ¿cuántas personas habrán recibido información falsa en Facebook o Twitter y habrán hecho este ejercicio de verificación o lo habrán tomado como cierto?

 

Mención muy honrosa merece el uso de las redes sociales para el tema de manejo de crisis en la campaña: recuerdo clarísimo como en más de una ocasión se han hecho aclaraciones, disculpas o reafirmaciones en Facebook o Twitter y que de allí saltaron a los medios antes que incluso se entreviste a algún candidato o vocero. Con herramientas de tiempo real como las redes, no usarlas para apagar incendios sería una necedad en tiempos de respuesta inmediata a nivel digital.