Arequipa

Reserva de San José: Un refugio natural en la costa arequipeña

24 de noviembre de 2018
La reserva de San José tiene una extensión de 50 km de litoral entre Quilca y Matarani

La Reserva de San José, en Quilca, es uno de los parajes más hermosos del litoral arequipeño.

Por: Mariela Zuni M.
Ubicado en la Costa Sur Peruana, en el distrito de Quilca provincia de Camaná, región Arequipa, se encuentra la reserva de San José. Con una extensión de 50 km de litoral entre los puertos de Quilca y Matarani con playas hermosas y cerca de 20 caletas enclavadas en el corazón de esta zona naturalmente protegida.

Allí donde los Andes se sumergen en el mar, por caprichos divinos de la naturaleza, se extiende este refugio de aguas tranquilas y cristalinas. Sin nada que lo rodee a unos 20 km a la redonda.

Si bien esta zona es más conocida por sus bellas playas y el espectáculo natural de su biodiversidad, promocionada en el mundo por quienes la han visitado, refleja también el auge del turismo ecoamigable.

Esta aventura se inició años atrás. En 1996 con el proyecto Inca Scallops, destinada a la actividad de la maricultura. A 20 km. del pueblo de Quilca.

Mauricio Mendoza del Solar al conocer la caleta quedó encantado y se dejó llevar por ese instinto emprendedor en la actividad de la acuicultura. Hoy a 22 años de su aventura destaca que los objetivos principales fueron siempre la conservación y el buen uso de los recursos naturales, de allí que en el año 2006 se adoptó el nombre de Reserva de San José, “que refleja el compromiso en la protección del ecosistema en esta pequeña parte del litoral”.

En este pedacito del extenso litoral peruano, se constituyó el criadero de conchas de abanico, el principal del todo el sur. De capitales arequipeños la reserva apostó siempre por el desarrollo de la maricultura de la mano con el turismo.

Mendoza del Solar recuerda que cuando llegaron a Quilca eran pocas las conchas de abanico nativas. La depredación del mar había calado en esta especie y entonces fue necesario repoblarla con variedades traídas de Chimbote.

Es así que con la acuicultura, alternativa sustentable en un mundo que sobreexplota los recursos acuáticos, se consiguió un sistema que disminuyó la presión pesquera, dando respuesta a la demanda de productos acuáticos.

Mendoza del Solar pensó en su región y continuó impulsando el emprendimiento. Inicialmente el traslado de su materia prima y de la producción se podía hacer únicamente por vía marina. Desde el año 2015 con la carretera costanera el ingreso a la caleta es más rápido.

Como parte de la necesidad en el desarrollo de esta actividad productiva construyeron un albergue para el personal y socios de la empresa, tiempo después deciden compartir esta maravilla y abrir este lugar al turismo.

La actividad productiva se desarrolló a la par con el aspecto turístico a partir del año 2004, ofreciendo la oportunidad al turista nacional y extranjero de conocer no solo sobre las labores y procesos del criadero de conchas de abanico, sino además el poder disfrutar de un lugar para desconectarse de la rutina con bellísimos paisajes, fauna silvestre y riqueza.

Ahora el visitante, además de apreciar los bellos paisajes costeños de San José, cuenta con las comodidades necesarias para realizar un viaje placentero. El albergue posee varios bungalows, con capacidad total para 30 personas, los cuales tienen los servicios básicos.

También la reserva abre sus puertas a educadores, profesionales, técnicos y productores, para proyectos de investigación. Los visitantes pueden conocer el desierto marino costero además de las labores propias del criadero.

En el 2007 y 2009 la caleta San José fue la ganadora en la categoría de playa natural por su manejo sostenido. Sus arenas finas y el sonido suave de sus olas hacen que caminar en ellas se convierta en un placer que muchos querrán disfrutar.

Entre las bahías vecinas está Hornillos, donde los visitantes pueden disfrutar de una de las más grandes poblaciones de lobos marinos. También se realizan actividades como el trekking, kayak, snorkel, entre otras.

SIEMBRA
Tras renovar la concesión de las aguas acuáticas en las caletas de San José y La Francesa, con la respectiva aprobación del Ministerio de la Producción y la Dirección de Capitanías de Puerto de la Marina del Perú, se realizó la siembra de 3 mil manojos de conchas de abanico cuya producción se destinará a abastecer principalmente el consumo interno en la macro región sur.

Los profesionales de la reserva basan sus cuidados de la biología reproductiva de especies marinas, usando la tecnología para la mejora de la producción sin alterar el medio ambiente. Así la empresa trabaja de la mano con gente del lugar, colaboradores que realizan la siembra y el cuidado de los recursos del mar.

Las líneas productoras de conchas de abanico se extienden en un espacio de 10 hectáreas marinas, entre las dos caletas, rodeadas de otras maravillas. Al norte por la playa La Sorda, La Chicanera, Arantas, Huacchiray, Huagin, el valle y la caleta de Quilca que destacan por su belleza y riqueza histórica. Y al sur, las Caletas Ancumpita, La Huata, Honoratos y la Isla Hornillos impresionantes a la vista donde se encuentra la mayor variedad de fauna marina.

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