Arequipa

Tierra de agresores en el Cono Norte

1 de agosto de 2016
Tierra de agresores  en el Cono Norte

La margen izquierda del Cono Norte registra un alto índice de casos de violencia familiar. Solo en un fin de semana hasta 20 denuncias llegan a la Policía, dos en forma diaria.

Por: Mariela Zuni M.
A medida que se iba poblando el distrito de Cerro Colorado, se extendía en grandes porciones de terrenos eriazos. Invasiones por centro, izquierda y derecha, y es en este último flanco donde las viviendas, ahora de material noble, se han levantado hasta las faldas de un volcán y más allá.
La margen derecha del Cono Norte en menos de 20 años ha tenido un crecimiento acelerado con población que proviene de las zonas altoandinas de Arequipa (Caylloma) y de otras regiones del sur del país, como Puno y Cusco. Conformada por pueblos jóvenes y asociaciones, como Cerrillos, Villa Paraíso, Carlos Baca Flor y otros cercanos al Chachani.
El fenómeno de la migración ha traído además de un variopinto legado cultural, un enraizado patrón de violencia, incorporado por el papel de dominio del hombre hacia la mujer, y la sumisión de esta al ser dependiente de su maltratador.
En esta población el consumo del alcohol es el combustible que aviva la llama de la agresividad, que aflora cuando los sujetos valientes dirigen y aciertan su puño en el rostro de una mujer. Aquellos envalentonados que cortan la piel de sus esposas o convivientes, sangrantes por dentro y fuera.
Una muestra del alarmante problema que afronta este sector de la ciudad de Arequipa son los más de medio centenar de víctimas de violencia familiar que, solo en julio, llegaron en busca de auxilio hasta la comisaría de Zamácola, cuya jurisdicción abarca toda la margen derecha del Cono Norte.
Dicha dependencia, a cargo del comisario mayor PNP Luis Igreda de La Fuente Chávez, recibe por día no menos de dos denuncias por violencia intrafamiliar, aunque en un solo fin de semana estas pueden llegar a 20.
SUS DOMINIOS
El hogar, lugar que debería ser el santuario de la buena convivencia, el amor y el respeto, es el principal escenario de los casos de violencia familiar, hablamos de la ejercida contra la mujer y niños, aunque en casos excepcionales los varones son los maltratados.
En julio, de las 56 denuncias formuladas por dicho delito, 34 fueron cometidas en la vivienda de la víctima, aunque para los maltratadores estar en la calle no es obstáculo para golpear, patear o insultar (10 casos), mientras que 12 ocurrieron en otros escenarios.
PERFIL
Entre las ocurrencias de violencia familiar registradas por la comisaría de Zamácola, se observa que el 99% de los agresores no tiene una formación técnica o superior. Solo uno cuenta con carrera profesional. Otros 20 se dedicaban al comercio.
Del 100% de denuncias, según el grado de parentesco, unos 5 eran esposos, 35 convivientes, 1 padre del agraviado, 3 exesposos, 7 exconvivientes y 5 otro familiar.
AGRAVIADO
Del total de agraviados solo dos son varones, el resto lo conforma la población femenina. De las 54 mujeres, 51 tienen una edad entre los 18 a 50 años, solo tres tienen más de 51.
En cuanto a su grado de instrucción, encontramos a 03 profesionales, 12 comerciantes, 28 amas de casa, y 13 trabajan en la informalidad.
La idiosincrasia del agresor es ser machista y es por esto que se registran los agravios físicos y psicológicos. El personal de la comisaría de Zamácola muchas veces recurre a la fuerza pública para intervenir a un agresor, que se encuentra bajo los efectos del alcohol (13), mientras que los otros (33) actuaron en forma consciente.
Las principales causas que desencadenaron en un hecho de violencia tenemos: por problemas conyugales (6), económicos (19), de alcoholismo (13), de trabajo (11), y por incompatibilidad de caracteres (7).
La frecuencia de la agresión se dio por primera vez en nueve de los casos, por segunda vez en 20, y en más ocasiones 27. 
Según el oficial, en la misma proporción de casos registrados en julio se registraron en el resto de meses, lo que haría un promedio de 350 al año, en una sola comisaría.
Según el Centro de Emergencia Mujer en Cerro Colorado han reportado dos casos de tentativa de feminicidio, y en la margen derecha un feminicidio, el de Nely Flores Castillo de 24 años, quien fue estrangulada por su pareja, Edilberto Incahuanaco Cutipa.
LEGISLACIÓN
Desde el 2015 la violencia familiar es considerada como un delito y ya no como una simple falta. La Ley N° 30364 para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar busca la prevención, sanción y erradicación de dicho flagelo con el incremento de las penas.
La ley establece “mecanismos, medidas y políticas integrales de prevención, atención y protección de las víctimas, así como reparación del daño causado; y dispone la persecución, sanción y reeducación de los agresores sentenciados con el fin de garantizar a las mujeres y al grupo familiar una vida libre de violencia asegurando el ejercicio pleno de sus derechos”.
SANCIONES
Según el artículo 122 en caso de lesiones leves el agresor será reprimido con pena privativa de libertad no menor de dos ni mayor de cinco años. Si muere la víctima la sanción es no menor de seis ni mayor de doce años. Si es menor de edad, mayor de 65 años o sufre de discapacidad física o mental, es mujer, ascendiente, descendiente, natural o adoptivo, cónyuge o conviviente del agente podría ser recluido en prisión no menor de ocho ni mayor de catorce años.
“Las mujeres que deciden romper las ataduras de la violencia están iniciando un cambio cultural. Hacerlo les permite una redefinición del papel de la mujer en tanto que les da una mayor libertad”, afirmó la socióloga Elena Gascón Zorribas.
Este ideal de cambio y liberación hace que muchas mujeres se decidan a denunciar la violencia, al darse cuenta que no las afecta únicamente a ellas, también a sus hijos. En la comisaría de Zamácola, además de ayudar a las mujeres, los policías han tenido que ir en auxilio de menores de edad en estado de abandono moral y material.
 
 
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