Cumplimos un año de la primera muerte por COVID-19
La primera víctima fatal por la COVID-19 fue un hombre de 61 años, un frecuente comprador del mercado de Huanan, en China. Desde ese día el mundo cambiaría su forma de vivir.
Esto ocurrió nueve días después de que China reportara a la Organización Mundial de la Salud (OMS) que en la ciudad de Wuhan casi una treintena de personas padecían de una extraña neumonía.
Un hombre de 61 años fue la primera víctima mortal, quien era uno de los miles de compradores que recorrían habitualmente el mercado mayorista de Huanan.
Entre esos 50.000 metros cuadrados de puestos comerciales, Wei Guixian, vendedora de mariscos de 57 años, ya había empezado a sentirse mal casi un mes antes, el 10 de diciembre de 2019.
Seis días después de visitar hospitales sin recibir un diagnóstico certero decidió ir a Wuhan Union, uno de los más grandes centros de salud de la ciudad.
Allí se detectó que la mayoría de pacientes presentaban síntomas similares y estaban vinculados al mercado de Huanan.
Por ello, los expertos creen que el virus empezó a circular al transmitirse de un animal exótico a un humano.
El 31 de diciembre de 2019, las autoridades chinas reportaron a la OMS 27 casos de neumonía viral con origen desconocido.
Un día como hoy
El 9 de enero el Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades identificó que la causa provenía de un nuevo tipo de coronavirus.
Los casos confirmados ya habían ascendido a unos 40.
Ese mismo día se declara la primera muerte por la COVID-19. Un hombre falleció de insuficiencia respiratoria a raíz de una neumonía severa, luego de pasar días internado sin que los médicos dieran con el tratamiento correcto.
El origen de la enfermedad no era Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) o Síndrome Respiratorio del Medio Oriente (MERS).
Los investigadores, tras secuenciar el genoma del virus, el 12 de enero, también descartan influenza, influenza aviar, adenovirus y otros patógenos respiratorios comunes.
Declaran pandemia
Para eso momento, y faltando poco para las vacaciones del Año Nuevo Chino, el cual supone la migración anual interna más grande del país, aún se desconocía el modo de transmisión, el alcance de la infección y demás características de la nueva enfermedad.
El 30 de enero de 2020, con más de 9 700 casos confirmados en China y 130 decesos, además de 106 casos confirmados en otros 19 países, la OMS declara que el brote era una emergencia de salud pública y de interés internacional.
El 11 de marzo, finalmente, la OMS la calificó como una pandemia.
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