Arequipa

Alejandra Vela, una de las últimas “lecheras” en Arequipa

6 de noviembre de 2022
Alejandra junto a sus animales.

LA TRADICIÓN POCO A POCO VA DESAPARECIENDO EN LA CIUDAD BLANCA

Inicia la labor diaria a las 04:30 de la madrugada.

Por: Claudia Aleli Chullo Cari

Como olvidar cuando las lecheras recorrían Arequipa por las mañanas, montando sus burros, recorriendo las placitas para ofrecer leche fresca de vaca que traían en sus cantarillas llenas y taponadas con alfalfa, principalmente desde Socabaya o Paucarpata. Cómo no recordar que con sus llamados despertaban a los pobladores que aún dormían.

Lamentablemente, hoy en día ya no quedan muchas damas dedicadas al oficio. La mayoría de mujeres que durante décadas se desempeñaron en la labor bordean la tercera edad y ello les impide movilizarse con facilidad. Así, una de las pocas lecheras que queda en el distrito de los andenes floridos es Alejandra Vela, una arequipeña de 51 años, que junto a su esposo mantiene viva la tradición.

“Este trabajo lo inicié gracias a la familia de mi esposo, ellos tenían ganado y se dedicaban a los animales, ya que a nosotros también nos gusta mucho la ganadería decidimos seguir con la tradición familiar y continuar en este rubro”, dice emocionada.

TRABAJO AGOTADOR

Alejandra se levanta a sacar leche de sus vacas alrededor de las 04:30 de la madrugada, para luego dirigirse a venderla a las 05:30 y aunque ya no salga con burros como antes, carga sus porongos llenos para ofrecerlas al público y así regresar a casa temprano a continuar con las labores de su hogar.

La dama vende leche que ella misma saca de sus vacas, que es fresca y pura, también realiza yogurt con lo que le sobra del día, porque no quiere engañar a sus clientes vendiendo leche guardada.

Realiza este trabajo debido a que es uno de los sustentos de su familia y aunque a veces no sea tan rentable ya que los animales comen demasiado para estar bien y rinden poco, es algo que realmente le gusta.

Dice haber escuchado a ciertos doctores decir, que la leche de vaca no es buena, por lo que piensa que eso también fue un factor en la disminución de esta tradición en Arequipa. Pero ello es erróneo.

“Mi familia y la familia de mis suegros, siempre se han alimentado de leche de vaca, por eso creo que son muy fuertes, sobre todo mi suegro que ya tiene 96 años”, cuenta Alejandra.

Pide a las autoridades que apoyen a los ganaderos lecheros, para poder realizar campañas y que la población de nuevo vuelva a consumir leche de vaca fresca como antes.

Nuestra querida Alejandra seguirá trabajando en este oficio muchos años más y aunque el trabajo sea pesado, dice estar muy contenta con sus animales y muy feliz de que a sus hijos también les guste esta ocupación, además de la crianza de toros.

La familia Pinto, como así los conocen en Paucarpata, invitan a las personas a probar su leche de vaca 100% pura. Los pueden encontrar a media cuadra de la plaza del distrito entrando por un callejón. La familia Pinto es una de las más conocidas por esa zona por vender leche de calidad y conservar esta hermosa tradición.

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