Habilitaron para casas 200 hectáreas de cultivos

El cemento, cada vez, va ganando más terreno en Arequipa. Desde tiendas de venta de vehículos hasta exclusivas residenciales se ha creado en los últimos años en los distritos de Cerro Colorado, Cayma y Sachaca. Ello ha originado la depredación de 200 hectáreas de tierras de cultivo.

Hace quince años, el ingreso a la ciudad de Arequipa por el aeropuerto Alfredo Rodríguez Ballón, en el pueblo tradicional de Zamácola, tenía un paisaje de extensa campiña. La tierra  estaba cubierta de un manto verde de maizales, alfalfares y flores. 

Ahora, tras el paso de los años, esas chacras se convirtieron en  tiendas de venta de vehículos y maquinaria pesada, restaurantes, colegios y otros comercios que se extendieron primero en la margen derecha de la avenida Aviación, y después se multiplicaron al lado izquierdo. 

Peor aún, se crearon nuevas urbanizaciones como Monte Bello y Campo Verde, y residenciales exclusivas como El Lago o La Arquería.

El administrador local de agua Chili, Pantaleón Huachani Mayta, afirmó que debido a las habilitaciones urbanas, en los últimos años se han perdido unas 200 hectáreas de tierras de cultivo, con ello se redujo la demanda de agua de los agricultores.

Destacó que la pérdida de las áreas agrícolas ha sido más notoria en el distrito de Cerro Colorado en el sector de Zamácola y  en Cayma en el valle de Chilina. Las grandes extensiones de chacras ahora son estacionamientos privados, depósitos de vehículos y cementerios.

Por su parte,  el presidente de la Junta de Usuarios de Zamácola, Juan Álvarez Chávez, refirió que los agricultores  venden sus tierras como último recurso para afrontar una mala cosecha y no perder  todo por un embargo del banco.

“Los agricultores, con el dolor de nuestro corazón, debemos despojarnos de nuestras tierras para pagar nuestras deudas con los bancos, no tenemos a donde más recurrir si el Gobierno nos niega su apoyo”, comentó.

En la irrigación Zamácola existen mil 274 hectáreas, pero  en los últimos años  se han urbanizado unas 50, principalmente para la construcción de viviendas y edificios, comentó preocupado el agricultor.

Juan Álvarez aseveró que los 650 usuarios de Zamácola siembran para sobrevivir y no para hacerse ricos. Ellos conservan aún sus tierras y dejan a la suerte el éxito o fracaso de sus cosechas de cebollas, ajos, zanahorias y flores.