Especiales

Roncagliolo y Cisneros, escritores y peloteros

12 de noviembre de 2018

Uno se considera más amante del fútbol que el otro, pero ambos sostienen ser hinchas blanquirrojos, que no se pierden ni un solo partido de la bicolor, estén donde estén y a la hora que sea.

Por: Jonathan Bárcena
Fotos: Jorge Esquivel

Este año la selección nacional peruana de fútbol regresó a un mundial luego de 36 años de sequía de presencia mundialista. Fue una eliminatoria atípica, donde se cortaron rachas negativas y se jugó como nunca antes se había hecho. Luego de un repechaje ante Nueva Zelanda, el Perú estampó su nombre como el último conjunto clasificado en sacar un boleto para Rusia 2018.

Los escritores y periodistas Santiago Roncagliolo y Renato Cisneros cuentan cómo les tocó vivir ese tan esperado acontecimiento, luego de ver tantas veces caer a la selección de todos los peruanos.

Cisneros considera que fue una recompensa generacional, pues los menores habían vivido los dramas de las eliminatorias sin el recuerdo de ver a Perú en un mundial, en tanto que los mayores vieron los procesos de la selección de los años 90, que fueron cada uno más doloroso que el otro, sin embargo contaban con el recuerdo de la clasificación mundialista a Argentina 78 y España 82.

“Entonces creo que hubo una suerte de compensación generacional y fue magnífico. El mundial para mí y como para tantos ha sido un evento sin dudas reivindicatorio”, recordó.

Para el autor de “La distancia que nos separa”, la continuidad, un trabajo serio, la presencia de Ricardo Gareca, una constancia en la conformación del equipo y la entrega son temas claves para seguir cosechando éxitos.

“La lección del mundial es que más allá de los resultados, lo que la gente valoró y aplaudió fue que los jugadores se entregaran de una manera conmovedora, así que a la larga nos hacemos mejores hinchas en la medida que reconocemos los esfuerzos antes que los resultados”, opinó.

Es el típico pichanguero de sábados y lunes, en la medida que el físico se lo permita, juega de volante y trata de emular lo que hace actualmente Christian Cueva, pero tiene como ídolo a César Cueto, considera que fue lo más talentoso que pasó por una selección peruana.

NO LE GUSTABA EL FÚTBOL
Si Cisneros pisa la pelota, Santiago Roncagliolo fue el típico escolar que no le gustaba jugar fútbol. Ahora, con el nacimiento de Mateo, su hijo de 10 años, siente que todo lo que no hizo de niño, lo está haciendo.

“Mi reencuentro con el fútbol tiene que ver con que mi hijo me ha arrastrado al volverse un fanático del deporte rey, me hace a mí más seguidor, más interesado, me hace también un fanático. Creo que tus hijos ganan las peleas y partidos que tú perdiste y te hacen ganarlos a ti. Me ha devuelto todo lo que no hice de niño”, mencionó.

Confiesa ser hincha del Atlético de Madrid, un equipo al cual considera luchador y que nunca la tiene fácil en la cancha, algo así como lo que le sucede a Perú.

“El Atlético de Madrid me parece que es el único equipo del que se podía hacer hincha un peruano, los de Madrid y Barza son unos arribistas, lo quieren todo fácil, pero el Atlético es el equipo que tiene que pelear las cosas, tiene que sufrir para ganar al igual que Perú, me parece el equipo de la gente al que no le regalan nada”, sostuvo.

Mateo, su hijo, no sigue su preferencia al ser hincha del Barcelona, pero el autor de “Los peores partidos de mi vida”, un cuento para niños, le enseña lo que es el valor de luchar para conseguir mejores resultados.

“Me temo que la selección debe ser mejor para los próximos eventos, ahora somos los únicos felices en haber sido eliminados en la fase de grupos, pero ya no vamos a seguir siendo felices al ser eliminados en la primera vuelta. Consideraremos un nivel en el que tenemos que superarnos”, indicó, en referencia a una eventual clasificatoria mundialista.

Asegura que antes de un nuevo mundial, hay procesos, como la Copa América, a los cuales debemos sacarles el mayor provecho posible.

“Me gusta pensar que una de las barreras más importantes del fútbol peruano era su incapacidad de creer en sí mismo y que eso con este equipo se ha superado y ojalá sea así”, señaló.

El escritor se considera asimismo como el antipático hincha con el que ver un partido de la selección peruana se hace imposible y hasta no grato. Confesó que es buenísimo en la cancha, cuando juega con niños de la edad de su hijo, pero que cada vez le es más difícil por el físico que decae con el pasar de los años.

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