«Trabajadores independientes», la otra crisis que trae el coronavirus

Los ahorros de muchos casi desparecieron y con ello la esperanza de tener algún apoyo del Gobierno.

Las medidas de aislamiento social obligatorio que dictó el gobierno de Martín Vizcarra desde el 15 de marzo para frenar el avance del coronavirus, han caído como un «baldazo de agua fría» a miles de independientes que se ganan el sustento diario con la labor que realizan. Pues, esta cuarentena no solo ha frenado su producción y servicios, sino también sus sueños y necesidades básicas.

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Alejandra es una emprendedora de 32 años, quien con mucho esfuerzo logró poner en el 2018 una ferretería en su vivienda ubicada en la Asociación Utupara del distrito de Yura. Fueron varios años de esfuerzo y privaciones de joven para hacer realidad este emprendimiento, que hasta hace un mes, era su principal fuente de ingresos para la alimentación de toda su familia.

Ahora, la inmovilización social, ha generado que toda su mercancía y ganancias está detenida. Son 34 días de no abrir su negocio y no vender absolutamente nada, y lo peor, que al no estar dentro de la población vulnerable porque tiene un negocio propio, no ha recibido un solo sol de los múltiples subsidios que ha ido entregando el Gobierno Nacional en las últimas semanas.

«Si los independientes no trabajamos, no cobramos, así de sencillo. Tenemos familia y necesitamos también el apoyo del Gobierno. En este lugar donde vivo debo comprar incluso el agua a 20 soles el tanque de forma semanal. Hasta ahora he subsistido con ahorros que tenía guardados, pero ya no me queda casi nada ¿qué voy hacer si esto continúa? ¿qué voy a darle de comer a mi pequeña? Solo queda seguir encomendándonos a Dios, porque del Gobierno no se puede esperar nada», anotó.

TAMBIÉN AFECTADA

Rosmery, es también una madre emprendedora que, por el estado de emergencia, se vio obligada a dejar de salir a ganarse el sustento diario. Ella vendía sándwich en una concurrida avenida para poder mantener a sus cuatro hijos. Uno de ellos incluso padece una neoplasia.

Hace un par de años, el hombre que le había jurado amor eterno la abandonó a su suerte y hasta hoy no le envía pensión alguna, por lo que su situación es delicada.

«Ya no tengo nada, las fuerzas y la esperanza también se me agotan. Ojalá el Gobierno realice una mejor evaluación de quienes necesitan el subsidio de 380 soles para lo mínimo indispensable, porque hay muchas familias, como la mía, que estamos viviendo un verdadero calvario», anotó.

En el Perú hay casi 7 millones de trabajadores independientes.