Arequipa

VRAEM: sobreviviente dijo a OjoPúblico que atacantes estaban vestidos de civil

25 de mayo de 2021
Foto: Difusión PNP.

¿Qué pasó la noche del domingo 16 de mayo en el VRAEM? OjoPúblico tras una investigación, revela los involucrados, las víctimas y sobrevivientes del ataque que se llevó 16 vidas.

La dueña de un bar en la localidad de Vizcatán del Ene (Satipo, Junín), así como sus familiares (dos hermanas y dos menores), y personas ajenas al lugar fueron asesinadas anoche. El Comando Conjunto de las FF.AA. atribuyó el crimen a Sendero Luminoso, pero la facción que opera en la zona, al mando de Víctor Quispe Palomino ‘José’, se separó hace por lo menos una década de la organización subversiva fundada por Abimael Guzmán, y se convirtió en un grupo narcoterrorista. El Vraem es zona de tránsito de los remanentes de ‘José’, pero sobre todo de bandas criminales de peruanos y extranjeros dedicados al tráfico de drogas. La Fiscalía inició las investigaciones del caso. Una de las sobrevivientes dijo a OjoPúblico que los atacantes eran personas vestidas de civil que dispararon sin lanzar amenazas o arengas subversivas.

VRAEM relación de víctimas de ataque narcoterrorista
Foto: Captura de pantalla con la relación de víctimas de la web de OjoPúblico. Tabla: OjoPúblico.

Testimonio fundamental: “Eran tres hombres armados vestidos de civil”

OjoPúblico pudo conversar con una sobreviviente de la masacre, quien se encontraba en uno de los dos bares atacados junto a tres amigos. Según detalló, se percataron del hecho cuando comenzaron a disparar en el bar de enfrente. “Pensábamos que era una pelea de borrachos, pero disparaban más y más; y la dueña, sus hermanas y yo nos escondimos en un cuarto, que al final lo quemaron”, indicó la testigo quien prefirió el anonimato por seguridad. La mujer dice que se escondió debajo de una cama. La puerta estaba abierta y observó cómo asesinaban a la gente.

La testigo dijo que los atacantes fueron tres personas vestidas de civil, que no pronunciaron advertencia alguna o discurso, solo dispararon a quemarropa. “No hubo ningún cruce de palabras, por lo menos para decir que nos perdonen la vida. Nada, nada. A los niños, a todos les disparaban. Los que estaban afuera, a todos, a las chicas. Había una chica que se hizo la muerta y se salvó. Con ella al final me encontré en el monte, ambas estábamos heridas”, narró.

La sobreviviente relató que en un momento, cuando estaba a punto de escaparse del lugar hacia el monte, uno de los asesinos la vio y corrió detrás ella. “Aunque sea hiéreme, pero no me mates, no me mates, por favor”, le rogó. El hombre la miró y le dijo: “¿Sabes qué?, por esta vez te voy a salvar la vida”. La mujer solo dijo recordar a tres hombres armados, con fusiles en el pecho, vestidos de civil, sin botas. “Eran como gente normal”, asegura.

Después de acribillar a los asistentes, la mujer dice que observó cómo los asesinos revisaron sus bolsillos y robaron sus pertenencias, dinero, celulares y hasta se llevaron el dinero de las dos máquinas rocolas que funcionaban en ambos bares. “Eran civiles. No eran policías, no tenían polos negros de Sendero [Luminoso]. Era gente normal, vestidos con ropa a colores. No usaban botas. Dicen que los terroristas dejan su lema, que los terroristas son así y asá, pero no decían nada señor, solo mataban”.

El presidente de la Central Asháninka del Río Ene (CARE), Ángel Pedro Valerio, le dijo a OjoPúblico que desde hace varios años los líderes indígenas que viven cerca del centro poblado San Miguel del Ene le han alertado sobre la creciente actividad del narcotráfico y el aumento de los cultivos de coca. “Este es el centro del Vraem, del narcotráfico, las comunidades indígenas denuncian que los cultivos de coca se vienen extendiendo en sus territorios”, dijo.

Para Valerio ya no se trata de una guerra ideológica de los remanentes de la facción de Víctor Quispe Palomino en el Vraem, sino del negocio del narcotráfico. “Los remanentes terroristas acompañan y protegen a los cocaleros, y una vez que estos se instalan los primeros se retiran. Los dejan allí instalados. Nos invaden, nos quitan nuestro territorio y allí siembran hoja de coca. El avance es bárbaro”, dijo el líder asháninka.

De acuerdo con el informe de Devida del 2019, la zona con mayor producción de hoja de coca en la región Junín es el distrito del Vizcatán del Ene, ubicado en la provincia de Satipo. Ocupa el cuarto lugar, con 2.596 hectáreas cultivadas, en la lista de los quince distritos con mayor superficie cultivada de hoja de coca en 2019.

Sin embargo, para Pedro Yaranga, especialista en temas de narcotráfico, esas cifras oficiales se quedan cortas, pues “la lucha contra el narcotráfico en el Perú ha sido descuidada en estos últimos cinco años, desde la gestión del ex presidente Pedro Pablo Kuczynski, al igual que el monitoreo de las plantaciones de hoja de coca en el país que hace Devida”.

Jaime Antezana, especialista en seguridad nacional y narcotráfico, aseguró a OjoPúblico que si bien en el distrito del Vizcatán del Ene se ocultan remanentes del grupo armado de ‘José’, estos ya no pretenden instalar su ideología, sino que desde hace una década por lo menos trabajan con las firmas nacionales y extranjeras del narcotráfico. “Allí se han decomisado tres laboratorios de refinamiento de cocaína, hay firmas colombianas y brasileñas, y los remanentes terroristas están en ese negocio hace tiempo. Ellos ‘chalequean’, transportan droga, cobran cupos, viven de eso”, señaló.

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