Arequipa

Abuelito va desde el Chachani hasta el Cercado por un almuerzo

31 de agosto de 2023
CÉSAR TORRES TIENE 71 AÑOS Y ESTA ES SU CONMOVEDORA HISTORIA

A pesar de su carente condición, el abuelito sigue siendo fiel creyente de Dios.

La vida en la Ciudad Blanca parece transcurrir con normalidad, pero solo basta detenerse y observar alrededor donde hay cada persona que esconde una conmovedora historia. Es el caso de César Torres, un abuelito de 71 años quien sobrevive a diario gracias a la caridad de los demás.

César nació en Zarumilla, una ciudad de Tumbes muy cercana a Ecuador. Hace dos años llegó hasta Arequipa con la congregación de su iglesia; sin embargo, alega que todos se  fueron y él se quedó. Permanece en el olvido desde que su esposa murió hace mucho tiempo y sus dos únicos hijos viven en diferentes partes del país.

Desde entonces, con un bastón en mano y una caja de dulces, que luego vende por el camino, madruga para iniciar un agotador viaje que inicia en las faldas del volcán Chachani y culmina en la calle Santa Catalina del Cercado, donde espera desde las 5 horas para recibir un almuerzo gratis que ofrece el comedor Santa Teresa de Calcuta y Beata Sor Ana de los Ángeles del Arzobispado.   

“Tengo un vecino que se levanta muy temprano para ir al Avelino a trabajar, entonces yo aprovecho para que me traiga en su carro. Hace mucho frío, pero tengo que venir para comer algo. Él me deja en el puente Grau, ya me quedo aquí hasta el mediodía para recibir un plato de comida. Aquí (al comedor) vienen muchas personas y no alcanza para todos, eso me da mucha pena. Bueno, después regreso a la casa en el carro Los Canarios que me deja en el último paradero y luego tengo que caminar dos kilómetros más”, cuenta. 

Este abuelito vive en una zona donde hay pocas casas, cuidando el lote de un conocido. Duerme sobre un colchón en mal estado y tapado con una frazada desgastada. Solo tiene una antigua radio que lo distrae de su realidad. En otros momentos aprovecha para realizar algunas labores que sus vecinos o personas que pasan por el lugar recompensan con víveres. 

Ha pasado casi un mes desde que César se lastimó la pierna al resbalar por un suelo en desnivel. Por su avanzada edad, esa lesión le dificulta movilizarse, pero él saca fuerzas para seguir. En unos días regresará al hospital para solicitar las medicinas que no consiguió cuando fue a atenderse. Espera que esta vez sí las tengan.

La precaria situación que sume a este abuelito en el dolor y abandono no ha sido impedimento en su fe hacia Dios. A su creador se encomienda cada mañana y en la noche le agradece por ese día que no le faltó ninguna comidita. Luego, aprovecha cada sábado para ir a la iglesia y rezarle, además al final hacen una olla común que él disfruta mucho. 

“Yo soy fiel a Dios, él me da la vida, la salud, esa es la fortuna, lo demás viene por añadidura. Aquí cualquier nos regalan. Yo todavía puedo caminar. Al mal tiempo buena cara”, comenta César. 

Él pide a las personas de buen corazón, que puede que alguna vez se crucen por su camino, lo apoyen. No con dinero, sino con alimentos o abrigos. Recalca que “lo que traen aquí se comparte entre todos, cada uno tiene muchas necesidades y nos apoyamos”. 

Abuelito hace pedido

César aún guarda la esperanza de que algún familiar venga por él o le envíe el pasaje para volver a su tierra; mientras tanto, continúa su rutina desde el Chachani hasta el Cercado encomendándose a Dios.

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