Ciencia

Científicas arequipeñas buscan salvar la Antártida de contaminación

10 de diciembre de 2018
Josehelyn Paredes, Alexandra Sánchez y Karen Ordoñez son parte de esta gran aventura.

Por primera vez una expedición de científicos peruanos viajará a la Antártida para realizar pruebas y medir los niveles de contaminación con partículas de plásticos que existe en las aguas superficiales, así como en los sedimentos del fondo marino y encontrar una solución para dicha contaminación.

Por: Roxana Ortiz A.

Se trata de las jóvenes investigadoras de la Universidad Católica de Santa María, Josehelyn Paredes Zavala, así como las especialistas de la Escuela Profesional de Ingeniería Ambiental, Alexandra Sánchez Moreno y Karen Ordóñez Rivera, las que permanecerán por más de 60 días en la parte más fría del planeta realizando pruebas de campo y trabajando en los laboratorios del buque Armada Peruana BAP- Carrasco.

En agosto pasado la universidad santamariana y el Ministerio de Relaciones Exteriores suscribieron un convenio para que los investigadores participen en expediciones científicas a la Antártida. Es por ello que el equipo de profesionales presentó el proyecto denominado “Caracterización de micro plásticos en recursos hidrobiológicos de la Antártida y ensayos de biodegradación por consorcios nativos”.

Según explicó Paredes Zavala, los micro plásticos miden menos de 5 milímetros y estos llegaron a la Antártida producto del arrastre de las corrientes marinas. Este elemento creado por el hombre se usa como parte de la fabricación de detergentes y exfoliantes, los cuales son desechados por los seres humanos al mar. Se estima que el 15% de las aguas superficiales del continente contiene este tipo de material y el 70% de sedimentos que existen en el fondo marino está plagado con este tipo de materia.

“Lo que realizaremos durante nuestra investigación es analizar las aguas y medir los niveles de contaminación, así como evaluar a los pequeños crustáceos como el krill, los que ingieren el micro plástico, se contaminan. Este insumo atrapa metales pesados y los peces se sienten llenos, por lo tanto dejan de comer y en poco tiempo mueren de desnutrición o inanición”, sostuvo la científica Paredes.

Solución que salvará a la Antártida

Las científicas se dividirán en dos equipos, Alexandra Sánchez partirá la tercera semana de diciembre desde Arequipa hasta Punta Arenas (al sur de Chile) donde abordará el BAP Carrasco, mientras que Josehelyn Paredes y Karen Ordóñez se unirán a la expedición a partir de la tercera semana de enero del 2019. Ellas permanecerán hasta marzo del 2019 explorando el Estrecho Bransfield, así como las islas de Shetland del Sur, las cuales son un archipiélago del océano Glacial Antártico.

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El BAP Carrasco

Tras culminar las pruebas de campo, retornarán a la Ciudad Blanca para que en los laboratorios de la Universidad Católica se realicen trabajos de análisis y degradación en el tiempo, utilizando luz ultravioleta que permitirá crear un material biológico que pueda consumir las partículas de plástico, de tal forma que sea utilizado en el mar que bordea la Antártida, para que este insumo pueda eliminar el elemento contaminante que hoy afecta esta parte del mundo. Los resultados de la investigación estarán listos en el 2019.

Al equipo se sumará como segundo investigador Jaime Cárdenas García, actual decano de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas, Bioquímicas y Biotecnológicas y la estudiante Melani Polo Zegarra, quienes esperan proponer una solución a la contaminación que pone en riesgo la Antártida y con ello a esta parte del continente.

La contaminación por plásticos es un problema global y va mucho más allá del uso de bolsas o cañitas, que son los objetos más comunes. Pero se genera una mayor contaminación con los residuos plásticos que se van desintegrando.

Estos pueden reducirse a pedazos tan pequeños como un grano de arroz hasta partículas imperceptibles.

A ellos se llaman micro plástico, miden menos de medio centímetro y hasta pueden estar en la comida o bebidas sin notarlo. No solo son restos de otros objetos, también se fabrican micro esferas de plástico para productos de belleza como exfoliantes corporales y faciales, pastas de dientes y útiles de higiene personal.

Cada minuto se vierte al mar el equivalente a un camión de basura lleno de plásticos, según Naciones Unidas. Al menos 7 trillones de estas partículas de plástico invaden los océanos. Estas pequeñas partículas terminan siendo más peligrosas cuando se degradan y por ello las consecuencias son alarmantes. Las Naciones Unidas prevé que para el 2050 habrá más plásticos que peces en el océano, y Perú no está libre de esa contaminación.

El Perú tiene algunas de las playas más contaminadas del continente y el mundo por basura marina y el mundo. Solo en la playa de Ventanilla en Lima se registraron 463 partículas de plástico duro por metro cuadrado de arena.

Un grupo de científicos confirmó que el plancton, microorganismos de los cuales se alimentan los peces más pequeños, se están alimentando de partículas plásticas. Los peces, como la anchoveta, consumen el zooplancton contaminado y de esta manera el impacto llega a las mesas.

Los micro plásticos no solo afectan la vida marina. Una persona puede consumir hasta 14 partículas al beber un vaso de agua, ello demuestra que todo lo que se arroja al océano vuelve a las personas y pueden llegar hasta la mesa, camuflados en cualquier plato marino.

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