Cine

Caiga quien caiga: los detalles del libro que no llegan a la película

27 de agosto de 2018

Publicado en el 2014, hoy es el insumo de una película que lleva el mismo nombre. El filme cobró notoriedad por una carta notarial de Montesinos que exige no estrenarla. El texto aporta detalles de la caída y captura de la mano derecha de Alberto Fujimori.

Por: Christiaan Lecarnaqué L.

Dos semanas antes del estreno de la película «Caiga quien caiga», una entrevista a José Ugaz publicada en El Comercio advertía una nueva jugada del exasesor de Alberto Fujimori, Vladimiro Montesinos. El exprocurador anticorrupción, principal acusador de la banda de Montesinos, comentaba que el exasesor envió una carta notarial a la producción de la película, inspirada en sus memorias, para evitar que sea estrenada en las salas de cine.
“Pero el último detalle interesante es que el director ha recibido una carta notarial de Montesinos a través de su abogada Estela Valdivia, conminándolo a que no estrene la película porque afecta su derecho a la intimidad y su buena imagen”, comentó Ugaz.

La amenaza es real porque días después se difundió la carta donde se conminaba a la producción a “que no se difunda la película ‘Montesinos, la historia jamás contada, Caiga quien caiga’ con el uso de la imagen, nombre y personalidad de mi representado Vladimiro Montesinos ya que no cuentan con autorización para ello”. Si se desobedecían esas órdenes procederían con una denuncia penal por violación a la intimidad.

Ese detalle corrió rápidamente por redes sociales y le dio visibilidad a la película, «Caiga quien caiga», que venía pasando desapercibida a días de su estreno. Comentarios de indignación, otros de burla, terminaron por animar a muchos a ir a ver el estreno.

«Caiga quien caiga» es una película basada en las memorias, que llevan el mismo nombre, del libro de José Ugaz, que abarca la caída de Montesinos y su posterior captura. En su primer día de estreno convocó a 26 mil espectadores a nivel nacional. Se espera que al final del fin de semana lleve más a los cines.

El filme está protagonizado por Miguel Iza, destacado actor, a quien vimos en dos películas de Miguel Barreda, «Y si te vi no me acuerdo», así como «Encadenados», filmadas en Arequipa. Iza interpreta a Montesinos, de quien copia sus gestos, forma de hablar y caminar.

La película tiene una virtud informativa que podría funcionar para aquellos que desconocen este capítulo de la historia contemporánea peruana. Pero peca de ligera y simple, obviando detalles importantes de uno de los casos más graves de corrupción que enfermó a nuestro país. El libro de Ugaz resulta más valioso para describir este capítulo negro de la política nacional.

ASÍ EMPEZÓ LA CACERÍA

El texto demandó 10 años en hacerse. Se publicó recién en el 2014. Ugaz inició el proyecto, pero sus frecuentes compromisos laborales lo obligaron a postergar el texto, hasta que finalmente decidió tomar el toro por las astas y terminarlo. De primera mano conocemos cómo es que se labró el sistema anticorrupción que sancionó con cárcel a varios cómplices del régimen de Fujimori y Montesinos.

Ugaz ejerció como procurador de corrupción días después de la publicación del primer «vladivideo», donde se ve a Montesinos entregando varios fajos de dinero a Alex Kouri para pasarse a las filas del partido de Fujimori. Así garantizarían mayoría en el Parlamento.

Montesinos huyó y se requería capturarlo. El entonces ministro de Justicia, Alberto Bustamante Belaunde, lo convocó para empezar un proceso de lucha contra la corrupción. Ugaz aceptó, aunque desconfiado porque intuía que el gobierno de Fujimori no iba a dar las facilidades para investigar no solo al exasesor, sino también a todos sus cómplices.

Con ayuda de amigos y pocos recursos inició un sistema anticorrupción desde cero.

LA REUNIÓN CON FUJIMORI

Tuvo una conversación con el entonces presidente, Alberto Fujimori. La reunión se produjo el 3 de noviembre del 2000 en el salón Grau de Palacio de Gobierno. Fujimori agradeció que haya aceptado el cargo. “Me contestó que era muy importante capturar a Montesinos quien había traicionado su confianza, pues ‘tenía chantajeados a varios de sus ministros’ y contaba con material fílmico que contenía todo”, se lee en el libro.

Párrafos más abajo Fujimori suelta una confesión: “-Ve usted doctor-me dijo. El que acaba de llamar es el primer ministro, Federico Salas, que está asustado porque él sabe que Montesinos lo ha filmado recibiendo una suma de dinero que excede su sueldo de ministro. Me sorprendió la naturalidad con lo que contó”. Salas fue sentenciado por avalar el pago de una CTS a Montesinos por 15 millones de soles. Lo condenaron a tres años de pena suspendida ya cumplida. Hoy intenta postular al Gobierno Regional de Huancavelica por el Movimiento Independiente de Campesinos e Independientes. Su inscripción fue declarada improcedente por problemas de elecciones internas. Aún está en apelación.

Pero esa reunión no terminó bien. Fujimori sorprendió a Ugaz con una conferencia de prensa donde utilizaba la imagen de Ugaz para hacer creer a los medios que enfrentaría la corrupción de su gobierno. El entonces procurador tuvo que convocar un nuevo encuentro con los periodistas para aclarar que llegaría hasta las últimas consecuencias caiga quien caiga. El gesto no gustó a Fujimori y moldeó una relación tensa que pudo desencadenar en la renuncia de Ugaz, aunque finalmente no se produjo. Fujimori sí renunció.

LA BRUJA DE FUJIMORI

La investigación empezó con Montesinos develando en el camino la enorme red de corrupción. El primer indicio fue el descubrimiento de 48 millones de dólares en cuentas suizas. Luego vino más dinero y con ello sus cómplices.
En ese camino Ugaz tuvo que sortear amenazas o la absurda orden de Fujimori de solicitar el allanamiento de dos casas en Chosica y Chaclacayo porque una bruja le había advertido que ahí se encontraba su exasesor. “Consultado el oráculo por la bruja en mención, esta le había señalado que aún se encontraba en el país (se refiere a Montesinos) y que estaría escondido por la zona de Chosica o Chaclacayo. Por este motivo, el presidente me solicitaba formalmente, como procurador, que orientara la búsqueda del prófugo en esas localidades”. Ugaz no le hizo caso.

LA CAPTURA DE MONTESINOS

Mientras Ugaz iba buscando dinero se topó con el FBI, organización norteamericana que ayudó a la procuraduría en las investigaciones. A los oídos del exprocurador llegó la noticia del descubrimiento de 38 millones de dólares de Montesinos depositados en el Pacific Industrial Bank en Miami. Su intención era repatriarlos de inmediato, aunque encontró oposición en los banqueros. En ese episodio intervino el FBI y le pidieron, o rogaron, que no presione al banco, porque si trascendía esa información iba a frustrarse “un golpe grande” que tenían entre manos. Ugaz aceptó a regañadientes. Semanas después cayó Montesinos.

Según este libro, Montesinos llegó a Venezuela y se puso en manos del exagente del Servicio de Inteligencia de Venezuela, José Guevara Chacón. Le pagó 1.2 millones de dólares para que lo lleve a una casa grande y con seguridad. Sin embargo lo internó en una casa en un barrio pobre. Montesinos “la pasaba encerrado en su habitación de tres por cinco metros en el segundo piso de la modesta casa leyendo o viendo televisión y a veces (…) lloraba porque temía por su vida”, se lee en el texto.

Cuando Montesinos se quedó sin plata gestionó el retiro de los 38 millones de dólares que Ugaz iba a repatriar del Pacific Industrial Bank en Miami. Instruyó a su hija Silvana para que le entregue unos certificados del dinero a José Guevara Chacón, quien llegó de incógnito a Perú a recogerlos. El exasesor coordinó con un funcionario del banco para que entregara 700 mil dólares en efectivo y 3 millones de dólares en cheques. El ejecutivo alertado por esta operación, y conociendo la historia de Montesinos, informó al FBI.

El FBI recomendó seguir con la operación. Infiltró a un agente y atraparon a José Guevara Chacón cuando iba a cobrar el dinero. Lo amenazaron con acusarlo y llevarlo a una cárcel en los Estados Unidos. Pero le dieron la posibilidad de entregar al exasesor y cobrar la recompensa de 5 millones de dólares (que no cobró) que por esos años ofrecía el gobierno peruano. Guevara aceptó traicionar a Vladimiro Montesinos.

Pero el plan no salió como esperaba. Guevara pidió a la persona encargada de la custodia del exasesor sacarlo de la casa y llevarlo a la embajada de Perú donde iba a entregarlo. Pero en lugar de dejarlo en ese lugar, por temor a las consecuencias, lo entregó a los agentes de inteligencia venezolana y después al presidente Hugo Chávez. Luego saldría el mandatario en conferencia de prensa a anunciar esta noticia. Según el FBI, Chávez no quería expulsarlo al Perú, pero al presionarlo, el jefe de Estado optó por hacerlo.

EL PRIMER ENCUENTRO

Montesinos regresó al Perú y fue internado en la Base Naval. El primer encuentro entre Ugaz y Montesinos no fue cordial. El exasesor lo ignoró. Lo miraba con desdén. En un segundo encuentro recién Montesinos lo trató mejor. Incluso le entregó un papel con un número de cuenta con más dinero depositado. Ugaz le pidió que se acogiera a la colaboración eficaz para acelerar su caso.

No fue un trabajo fácil para Ugaz. Hubo mucha presión. Campañas en su contra. Amenazas. Pero también aliados. Su papá jugó un papel fundamental como apoyo moral. Siempre respaldó su trabajo. Al final durante su gestión involucraron a mil 200 personas en las investigaciones, de este grupo, 120 fueron sentenciadas, es decir el 10 por ciento. Identificaron 250 millones de dólares de la corrupción y recuperaron 75 millones de dólares.

Lo que se encontró fue enorme e increíble; la película no le hace justicia al libro. Hoy resulta relevante volver a conocer este nefasto capítulo de nuestra historia. Porque nuestra memoria es demasiado frágil y antojadiza. Y porque los políticos han permitido que se repita otra situación similar que hoy involucra al sistema de justicia. Parece que nos cuesta aprender de las lecciones.

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