Editorial

Editorial: El orden en los problemas de Arequipa

Por diarioep / 4 de enero 2019

El explosivo crecimiento de la ciudad tiene como consecuencia un gran desorden y de él se aprovechan los que gustan hacer, los que les viene en gana y al margen de toda consideración de respeto a normas y también al vecino.

Se dijo, en algún momento, que la mejor oferta que un candidato podía hacer en procesos electorales comunales, es imponer orden, y comprendemos que para ello es necesario no solo contar con número suficiente de servidores, sino que estos tengan facultades ejecutivas para hacer cumplir lo que dicen las normas comunales.

Hay que hacer referencia inevitablemente entre estos casos el del comercio ambulatorio, el abuso de bocinas y parlantes que no están autorizados, los volantes con los que se ensucian calles.

También la colocación de letreros y propagandas que no respetan el centro histórico, la pega de carteles en los postes recién limpiados y pintados y, en fin, todo lo que significa que nadie cumple las disposiciones municipales y mucho menos que la Municipalidad imponga sanciones efectivas por el incumplimiento a lo ordenado.

Ahora, puede observarse que en el proceso de crecimiento de Arequipa es cada día más difícil vivir con la apacible tranquilidad de otros tiempos en una ciudad de buen clima, al que malogran sus propios habitantes con sus excesos.

Es de esperar que las cosas cambien, pero es desesperante que las administraciones repitan, una tras otra, el permitir que sigan haciendo de las suyas los abusivos y que nadie defienda los derechos del ciudadano que lo único que quiere es caminar por veredas y calles con la seguridad de que estará protegido de los abusos de malos vecinos.

Ordenar la ciudad es una tarea fundamental para hacer más vivible estar en Arequipa y ver que se respeta lo que la comuna ordena. No falta nada sino decisión para lograrlo, pues a punta de multas y acciones ejecutivas se puede lograr se pongan a derecho los infractores.

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