Editorial: La probable prórroga de la cuarentena

Todo indica que el gobierno del Perú tuvo acierto al figurar entre los primeros del mundo en decretar la cuarentena que vivimos por el coronavirus. Fue una decisión oportuna y adecuada a las circunstancias que después otras naciones, y tardíamente, están aplicando para cerrar sus fronteras y combatir el mal.

Originalmente el presidente Vizcarra y el Consejo de Ministros decidieron hacerlo por un periodo de 15 días que está por vencer, pero podría resultar insuficiente, pues todavía estamos en la etapa dos del proceso que empieza con casos importados y que luego tiene contagios comunitarios nacionales.

Estos se van elevando poco a poco hasta que llegará un momento en que comiencen a declinar y esa es la oportunidad adecuada para dar por terminada la cuarentena.

Algunos países prevén ahora cuarentenas de cerca de dos meses y otros, como el nuestro, podrían optar por suspenderla con unos ocho a 15 días. Creemos que en el caso del Perú será casi inevitable una prórroga.

Descontado está que esta sea lo menos posible por la oportunidad adecuada en que se puso en vigencia y que se complementó con un toque de queda que el presidente no quiso utilizar con ese nombre, pues hacía recordar los tiempos del terror.

Además la solidaridad de los peruanos ha sido ejemplar y también el reconocimiento del pueblo en general a los riesgos que en esta lucha están corriendo médicos, enfermeras, policías, soldados y periodistas.

Escribimos de este último caso de la prensa responsable que se ha mantenido al margen de alarmas innecesarias y hasta supuestas que terminan por desorientar la unidad de un frente que está teniendo éxito en la defensa de la vida.

En todo caso, la decisión deben tomarla los entendidos y los que tienen la responsabilidad de continuar al mando de una campaña exitosa de gobernantes responsables y seguros de lo que están haciendo.

No es este el peor problema enfrentado en la historia de la República, pero es uno de los más graves, porque en juego está la vida y está la tranquilidad de 32 millones de habitantes que sí tienen fe en su propia decisión de contribuir a defender todo lo bueno de que somos capaces con unidad, con valentía y con amor al Perú.

Si hay necesidad de prorrogar la cuarentena contra el coronavirus habrá que hacerlo invocando el sacrificio nacional para defender la vida y la salud.