Editorial: El plaqueo y el centro

Simultáneamente con una decisión similar adoptada por la Municipalidad de Lima, para descongestionar el centro histórico de la capital, la comuna provincial de Arequipa decidió aplicar un sistema limitante de circulación de carros particulares, cuyas placas terminaran en números pares o impares.

La única limitación que entonces se fijó que unos conductores vehiculares y particulares que vivan en el centro puedan transitar libremente todos los días.

Hasta ahora son cerca de mil quienes se han inscrito, pero se calcula que dicho número llegará a 7 mil 800.

En buen romance, resulta que casi 8 mil arequipeños que viven en el centro tienen carro y estarán exceptuados de la norma del plaqueo y la pregunta lógica es: ¿De qué descongestionamiento se habla cuando hay 8 mil que necesariamente tendrán que entrar y salir del Centro Histórico y varias veces al día?

Hubiera sido preferible esperar el resultado de la prueba iniciada en Lima con los Juegos Panamericanos para poder aplicar aquí los remedios que sean consecuencia de lo que se registra en la capital, antes de que se agote el periodo de sanciones educativas y se proceda a imponer multas que son de aproximadamente 300 soles por infracción.

Es mejor experimentar en cabeza ajena antes que cometer errores locales y así lo recomendaba la razón y la oportunidad, pero se ha preferido dar pasos definitorios antes de que Lima nos señale un camino por seguir en una tarea que por similitud de propósitos resulta igual o semejante a la de la capital de la República.

No debemos apresurarnos en la implantación de un sistema de circulación por placas en los carros que ingresen al Centro Histórico, sin esperar los resultados de lo mismo que se está realizando previamente en Lima.