Editorial: La advertencia de los empresarios

El presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Arequipa, Aldo Aranzaens Yukimura, está preocupado por el relativo desorden que se advierte en la nueva administración del Gobierno Regional de Arequipa, que podría perjudicar las inversiones privadas en la región y no dar trámite a las necesarias exigencias de la colocación de recursos públicos en favor de obras como Majes II, la continuación de Arequipa-La Joya y la pronta entrega del proyecto de salida a la Panamericana Sur.

Se queja también, de una ausencia de transparencia, inestabilidad en las decisiones de cargos públicos y un silencio preocupante con respecto al destrabe de Majes II, que está paralizando los trabajos de inicio de Angostura desde hace un año.

Como bien lo explica Aranzaens, la ausencia de políticas claras, sean estas nacionales o regionales, provoca dudas en quien tiene recursos económicos por invertir y el clima político nacional contribuye a empeorar las cosas, al extremo de que no se puede precisar cuál es la posición que sobre temas trascendentes tiene el gobernador Elmer Cáceres.

Una indecisión preocupante y por definirse es el inicio de las obras o el rechazo definitivo a la explotación de Tía María, que supone una inversión de mil 400 millones de dólares y que no permite decidir cuándo y bajo qué condiciones se puede empezar a explotar cobre en el valle de Tambo.

Ahora, un silencioso parlamentario, mollendino de nacimiento y miembro de la bancada de Acción Popular, Miguel Román, acaba de sugerir la idea de consultar a la población de Islay si aprueba o no Tía María, alterando un esfuerzo iniciado por el Gobierno de procurar consultas entre alcaldes e instituciones antes que convirtiendo en un tema político lo que realmente es técnico.

Tía María no es un asunto que se pueda resolver ni con grito ni con plebiscitos, se requiere de opiniones técnicas para encontrar soluciones a lo que está tanto tiempo postergado.