Editorial: La defensa del Centro Histórico

Luego de un descuido de años la política municipal de defensa del Centro Histórico ha designado como gerente del área al arquitecto William Palomino, quien con auxilio de técnicos y de gente de buena voluntad está haciendo programas tentativos de protección de la identidad de la ciudad y especialmente del área monumental.

Palomino se enfrenta a mil problemas que son consecuencia de la desatención edilicia, por una zona que por ser considerada Patrimonio Cultural de la Humanidad requiere de cuidado permanente y de vigilancia constante para mantener intactos los valores arquitectónicos y culturales que motivaron la declaración de la Unesco.

En parte, los excesos cometidos contra la zona monumental pueden provenir de quienes no han nacido o no quieren lo suficiente a la tierra que los albergó en algún momento y aparecen los que pintan paredes, los que demuelen casonas o los que pretenden hacer lo que les viene en gana, ignorando ordenanzas preexistentes sobre los bienes que ya no corresponden a propiedades privadas, sino que son monumentos de la nación.

La falta de seguridad colectiva es uno de los problemas fundamentales por encarar, pues los servicios de la PNP y del serenazgo edil no cuentan para nada para combatir el comercio ambulatorio y también la delincuencia que reina en el Centro, incluso en calles inmediatas a la Plaza Mayor o en la misma Plaza, donde trabajan jaladores de buses turísticos, de restaurantes o de agencias de viaje.

La mayoría de quienes así proceden se enfrentarán sin duda con quienes quieren el cambio deseado, en tal sentido es necesario apoyar la gestión de Palomino y esperar que el municipio promueva, otra vez, el Patronato Cultural de Arequipa, conformado por elementos privados que se pusieron al servicio de la ciudad para colaborar casi exclusivamente en defensa del Centro Histórico.

El Centro Histórico no debe ser solo responsabilidad del Municipio Provincial, sino de todos los arequipeños obligados a cuidar de un Patrimonio Cultural de la Humanidad, y bien haría la comuna promover la reactivación del patronato cultural de Arequipa para acercar al sector privado a colaborar en el empeño.