Editorial

Editorial: La descongestión vehicular en el centro

Por diarioep / 4 de febrero 2019

El alcalde provincial de Arequipa, al inicio de su gestión y al encargar a nuevos funcionarios el cuidado del Centro Histórico de la ciudad, declarado por la Unesco, Patrimonio Cultural de la Humanidad, confió a un grupo de arequipeños, conocidos por su calidad profesional y su afecto por el pasado y futuro de la tierra de sus mayores, el conseguir cuidar de la parte central de Arequipa, incentivar el turismo y darle prestancia al complejo arquitectónico y a los valores culturales de Arequipa.

Es notorio que el incremento vehicular de la ciudad capital ha sido desproporcionado y en ninguna forma cuidado como para garantizar que se pueda caminar libremente por el centro, acudir a sus templos y monumentos arquitectónicos y realizar tal andar en condiciones de comodidad y de seguridad.

Las medidas antes adoptadas han sido inconsecuentes con la preferencia que debían tener los intereses de la ciudad, con relación a los de particulares.

Se peatonalizan calles y se mantienen privilegios en otros casos y el resultado es caotizar el tránsito, permitir ambulantes y jaladores, no luchar contra la delincuencia y entablarse en polémicas inútiles con el organismo desconcentrado de cultura, desoyendo los consejos de los técnicos y el ofrecido aporte de las universidades.

No hay grúas de servicio en el Centro Histórico, de seguro por negocios indebidos y no esclarecidos, están disminuidos los serenazgos y la policía municipal, no escuchando a la Policía y sus recomendaciones, y las consecuencias de esta errada política están a la vista.

El desafío es grande, pues se va a necesitar un apoyo real de la PNP, el concurso de los técnicos para limitar el ingreso de carros a la zona central y alrededores de la Plaza Mayor y proceder a hacer obras con planificación suficiente que no nos conduzcan otra vez, a errores y demoras como las que se registran en las calles de Jerusalén y San Juan de Dios.

Con el Centro Histórico no se puede estar jugando, improvisando u obedeciendo a intereses particulares antes que a los de la ciudad.

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