Editorial: La prevención falló

Una vez más y a pesar de que las lluvias no han tenido la fuerza de otros años, las recomendaciones hechas con frecuencia sobre todo a los alcaldes distritales y, en el caso de la ciudad capital, también a la comuna provincial no fueron atendidas adecuadamente y los daños ocasionados por las precipitaciones fluviales han sido, lamentables y penosas.

Recordaremos, con pesar, que muchas citaciones a los alcaldes no fueron acogidas con la asistencia de los responsables a las reuniones de trabajo para preparar planes de contingencia y prever los posibles daños por desbordes en torrenteras, zonas de riesgo e incluso en calles y avenidas.

Las consecuencias están a la vista y no son pocas las 200 viviendas que han resultado afectadas aunque felizmente no hemos tenido pérdidas de vidas como consecuencias directas derivadas de las precipitaciones habituales en la región.

Conviene llamar nuevamente la atención de los organismos de Defensa Civil y de demandar más consideración en favor del vecindario en situaciones como las que se narra y describen en informaciones periodísticas, así como en los clamores de los perjudicados.

Todo lo infelizmente ocurrido era previsible y pudo haberse evitado, pues los daños materiales son especialmente graves para las familias damnificadas, que tienen el derecho legítimo de quejarse de la falta de prudencia de quienes eran responsables de cuidarlos.

Que nos sirva de experiencia para cambiar maneras de ser y de comportarse cuando se tiene responsabilidades en las que se juega vidas humanas y bienes apreciados.

Mucho del daño causado por las lluvias pudo haberse evitado con adecuadas medidas de prevención que lamentablemente no se tomaron.