Editorial

Editorial: Las tragedias de Arequipa y la ayuda del Gobierno Central

Por diarioep / 27 de julio 2019

Es frecuente, como puede comprobarse con lo ocurrido con los fenómenos naturales que azotaron el norte del país en el año 2017, que las acciones de rehabilitación y apoyo que realiza el gobierno central no sean eficientes, ni suficientes, a pesar de que se asignen presupuestos cuantiosos para atender lo que se confronta y a las declaraciones de estado de emergencia que se decretan.
En Pisco ocurrió antes cosa semejante, luego de un terremoto que causó graves daños en la zona y en Arequipa tenemos la experiencia dolorosa de un sismo en Caylloma y de un desborde en Aplao.
Es verdad que en estas ocasiones se han comprometido, por vez primera, con recursos humanos, como son los efectivos de las Fuerzas Armadas, que nunca antes habían tenido participación frente a la desgracia.
Lo que falla es el aparato burocrático que desde Lima se muestra lento o incapaz para resolver problemas de quienes quedan sin vivienda o que tienen propiedades urbanas o rústicas gravemente afectadas.
La ayuda es lenta e insuficiente y se pierde confianza en un gobierno que no responde a las exigencias del momento ni al dramatismo de los hechos.
Urge cambiar esta política, no solo para ayudar a los que necesitan el auxilio, sino porque en la tarea de reconstrucción se abre posibilidades de empleo para mucha gente que de otra manera no puede satisfacer necesidad impostergable y requiere también de la eliminación de trabas burocráticas que se presentan para facilitar créditos de reconstrucción, de caminos y de propiedades.
RECUADRO
En las emergencias el gobierno tiene que demostrar capacidad y rapidez en las respuestas. Eso se espera ahora en Ubinas, lamentando lo que no se ha hecho en Caylloma y en Aplao.

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