Editorial

Editorial: Los ojos de la verdad

Por diarioep / 10 de enero 2019

La Defensoría del Pueblo fue invitada a verificar el estado en que se encuentran los problemas de bienestar social a cargo de la Sociedad de Beneficencia Pública, y especialmente los que auxilió a 72 niños internados en el albergue Chaves de la Rosa y a los ancianos del programa de funciona con el nombre del Buen Jesús.

La situación encontrada revela que hubo descuido en la atención de quienes son razón de ser de la Beneficencia al haberse hallado sábanas y colchones con ácaros, orina y sangre; baños malogrados, vajillas sucias, ollas oxidadas y paredes con hongos.

La directora de Bienestar Social, designada por el nuevo directorio de la Beneficencia, invitó al personal de la Defensoría del Pueblo para constatar lo encontrado.

La respuesta fue inmediata y la confirmación también, habiéndose tomado nota de labores de limpieza, renovación de materiales, evaluación médica integral para niños y ancianos, y finalmente una declaración de emergencia para atender los programas sociales de la institución.

No parece ser suficiente lo decidido, y persiste la idea del directorio que ahora preside Fernando Figueroa, para que se priorice la inversión en este sector y se disminuya la que se hace en gastos de personal.

La Beneficencia destinaría en el futuro el 80 por ciento de sus recursos para la atención de los programas sociales y solo el 20 por ciento gastas operativos, antes era casi exactamente al revés.

Lo descubierto había sido objeto de denuncias frecuentes, mientras los antiguos directivos de la Beneficencia decían exactamente lo contrario a la realidad hallada.

La Defensoría también tendrá que reconocer que descuidó la vigilancia de este sector social importante, pero eso tiene remedio y preferible es tarde que nunca.

Nuevos aires hay en la Beneficencia, gracias a cambios que suponen necesidad de investigar cómo se utilizaron los recursos del organismos destinado a ayudar a niños y ancianos, y que también dispone del dinero del alquiler de calles que el municipio confió a la Beneficencia Pública.

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