Editorial: Los terminales terrestres informales

Resulta penoso para todos los peruanos el informarse de tragedia ocurrida en Lima, donde una unidad de transporte interprovincial que recogía pasajeros en paraderos no autorizado se incendió, por causas que se investigan, con el resultado de más de una docena de víctimas mortales y de siete heridos graves.

Todavía la Policía y el Ministerio Público no han llegado a precisar el origen del siniestro, pero sí se conoce que la única puerta de entrada y salida del vehículo de dos pisos no funcionó para evacuación rápida y fue allí donde se produjo la mayor cantidad de muertos.

Ese terminal es semejante a otros que existen en la misma Lima, y también los hay en provincias, y en el caso concreto de Arequipa existieron en arterias centrales y todavía los hay prestando servicios informales y peligrosos, como es el caso de las minivanes que hacen servicio interprovincial, teniendo como base la ciudad capital.

La carencia de sistemas de seguridad suficientes y adecuados, así como los descuidos en el transporte y documentación exigida por la ley para garantizar seguridad a los pasajeros, son evidentes y como en Lima pueden costar vidas a muchos peruanos.

La clarinada de advertencia está dada y es prudente que municipios distritales o provinciales realicen inspecciones con el apoyo de la policía y asistencia de fiscales para garantizar la seguridad de quienes por soles menos se atreven a poner en riesgo no solo sus vidas, sino la de sus familiares y especialmente de niños y de personas de la tercera edad.

Las autoridades municipales y de Policía, con el apoyo del Ministerio Público, deben proceder a clausurar todo terminal terrestre que no reúna las condiciones de seguridad indispensables para evitar que se repita lo infelizmente ocurrido en Lima.