Editorial: Los tranvías y las nuevas vías

El asesor técnico de la Gerencia de Transportes y del Sistema Integrado ha formulado declaraciones sobre las repavimentadas calles de Bolívar y Sucre y Jerusalén-San Juan de Dios, señalando que las mismas, no son adecuadas si se pretendiera hacer circular por ellas tranvías.

Recordó que los adoquines de piedra que se ponen en la ruta de Jerusalén y San Juan de Dios, no están asentados sobre bases sólidas y en consecuencia por el peso de los vehículos de propulsión eléctrica había necesidad de rehacer lo ya hecho para asegurar estabilidad al servicio.

Diferente es el caso de Sucre-Bolívar, donde el pavimento sí se hizo con otro criterio técnico al utilizarse adoquines de cemento.

Simborth hubiese preferido que lo que comienza en Selva Alegre y termina en la avenida Salaverry, se hubiera decidido hacer después de definirse si el tranvía es un aporte valioso al Sistema Integrado de Transportes que se soporta básicamente en buses y que tendría como ruta principal lo que significaría tranvías modernos y sin rieles.

Es de esperar que la Municipalidad defina rápidamente qué hacer en este caso y cómo actuar en consecuencia para defender la inversión que actualmente se hace y quizá lo más conveniente sería trasladar a una avenida vecina, lo que ahora se pretende llevar a una cuadra de la Plaza Mayor.

La ciudadanía tiene confianza en que se encontrarán soluciones para el tratamiento de un problema que no es nuevo, sino de años, pero que podría tener una solución razonable y ajustada a realidades con el aval del Gobierno central y sin necesidad de reajustar los actuales valores del pasaje urbano.

Los problemas derivados del pronto uso del Sistema Integrado de Transporte por parte de la Municipalidad deben merecer una especialísima atención del alcalde y de los regidores, pues estamos cerca de terminar algo que comenzó hace más de 12 años y que bien merece acabarse para brindar comodidad en el transporte urbano.