Editorial: Mañana es el gran día

Mañana recordará a Arequipa el 479º aniversario de la fundación española que tuvo lugar el 15 de agosto de 1940 y que no tiene ningún precedente, pues en el tiempo de los incas no se fundaban ciudades y lo que ocurrió en esta Villa Hermosa en el día de la Virgen de la Asunción, siguió una costumbre hispana hasta en los detalles del reparto de los solares que habrían de ser propiedad de los conquistadores de las dependencias públicas y de congregaciones religiosas.

En sus primeros años hubo algunas discusiones, no fundamentadas de que Arequipa nació en Campo Redondo en San Lázaro o también en la otra banda del río Chili, pero los esclarecimientos categóricos de un secretario estudioso de la Municipalidad fueron categóricos y definitivos.

La ciudad nació en lo que ahora es la Plaza Mayor, aunque no se puede precisar el lugar exacto, presumiéndose que ocurrió en los terrenos que ahora ocupa la Catedral y que fueron también sede de las sucesivas iglesias que culminaron en la Basílica que hoy tenemos como templo emblemático, reconstruido luego de terremotos y de incendios.

El sillar fue el elemento fundamental de las construcciones arequipeñas, se le puede ver en toda su área monumental, especialmente en sus templos y casonas, aunque después ha sido reemplazado por otros materiales más resistentes a los temblores y más adecuados a las técnicas recomendadas para los que buscan seguridad en zonas sísmicas, ahí está el ladrillo y también el cemento de Yura, como antes lo fue la cal y el colorido que protegió los ojos de las radiaciones solares.

Mañana recordaremos el aniversario de una ciudad de la que se enorgullece el Perú por el aporte que han hecho sus mujeres y hombres en favor de los que aquí nacieron y se enorgullecieron de ser peruanos, y de haber sido favorecidos con un clima extraordinario y teniendo en bondades la maravilla de su crecimiento y fortaleza.