Editorial: Unidos por Arequipa

Bien ha hecho el alcalde provincial al iniciar los festejos por el 479 aniversario de la fundación española de Arequipa en invocar la unidad de todos los arequipeños, en procura de engrandecer nuestra tierra, procurar su desarrollo y generar empleo para sus juventudes.

En vista de que todavía tenemos sin solución el conflicto de Tía María, es necesario deponer toda medida de fuerza que contradiga el propósito de fortalecer la unidad de todos en favor de una tierra que tiene confianza en que sabremos comprender las circunstancias difíciles que atraviesa el país.

También contenta que un grupo de arequipeños, todos ellos profesionales y de distinguida vida pública, se haya animado a reunirse para crear frentes de defensa que tienen como objetivo no provocar conflictos, sino buscar solución para los existentes y alentar la inversión y reclamar técnicamente lo que es necesario para que el Gobierno distinga a Arequipa con la atención de sus problemas.

Es así como deberíamos actuar todos los peruanos en una coyuntura que políticos equivocados han llevado a extremos, hasta el punto de que se han producido bloqueos carreteros, limitaciones en el abastecimiento que requieren los habitantes de la ciudad capital y creado un clima de zozobra que a nadie le conviene.

Es oportuno que estos esfuerzos sean canalizados por el propio Municipio Provincial para que desistan de afanes cerrados, aquellos que provocan desmanes y violaciones de la ley al perjudicar el libre tránsito y favorecer paralizaciones cuando lo que requerimos es más trabajo y más empleo.

Arequipa llega al borde de sus fiestas jubilares con el deseo de sus hijos de continuar haciéndola grande y poderosa, alentando las inversiones y buscando la unidad con la sola mira del progreso.