Especiales

El suicidio de la “dalina” Mónica Santa María

14 de marzo de 2021
La muerte de Mónica Santa María conmocionó al público de Nubeluz.

A comienzos de la década de los ‘90 surgió en el Perú un colorido envío televisivo que, a fuerza de canciones que ayudaban a concientizar a los niños, juegos novedosos y el magnetismo de sus animadoras, conquistó al público y se expandió por América Latina. Hasta que el 14 de marzo el misterioso suicidio de una de sus conductoras, a los 21 años y en pleno auge de su carrera, conmocionó a los televidentes y le puso fin al ciclo.

«Nubeluz» fue el programa de televisión peruano con mayor proyección internacional.

“Que siga la fiesta, fiesta todo el día, fuera la tristeza, que venga la alegría”. El ritmo es pegadizo. Dos mujeres sonrientes cantan y bailan, mueven sus cabezas –como si quisieran evocar el gesto que años atrás se había convertido en la marca registrada de la italiana Raffaella Carrá– y sacuden sus peinados rodeadas de decenas de niños. “Que nadie se me ponga triste, ¡recuerden que la risa existe!”, completan y siguen en movimiento. Después, las jóvenes, a quienes todos llaman dalinas, se acercan a un grupo de chicos que espera alrededor de una pileta, una de ellas dice con emoción “¡grántico, pálmani, zum!”, la voz de largada para que comience el juego. 

Tres décadas atrás, a mediados de 1990, en una televisión que afrontaba una de sus tantas crisis, en Perú surgió Nubeluz, un programa infantil –más que eso, un encuentro televisado que duraba cuatro horas: los productores siempre prefirieron hablar, justamente, de una “fiesta” para referirse al envío– que con el tiempo se convirtió en un éxito rotundo con recaudaciones millonarias y miles de seguidores en toda América Latina, que además se llegó a ver en diversos países (¡si hasta tuvo una versión en la que se veía a las animadoras dobladas al chino!). Un suceso que, treinta años después, y con la tragedia en la que terminó envuelto el show por la muerte a los 21 años de una de sus conductoras en pleno auge de su carrera, sigue suscitando la atención de sus fans.

Almendra Gomelsky y Mónica Santa María, las «dalinas» principales de Nubeluz.

El 14 de marzo de 1994 una noticia de gran impacto conmocionó a toda América Latina: aproximadamente a las 8 de la mañana, se encontró el cuerpo sin vida de Mónica Santa María en su departamento del exclusivo distrito de La Molina, Lima. La joven, que entonces tenía 21 años y se encontraba en la cúspide de su carrera, se había quitado la vida y yacía sobre su cama. 

Durante las primeras horas se especuló con que su había tratado de una muerte accidental hasta que la investigación final concluyó que se había tratado de un suicidio. 

Con el paso de las horas, la prensa internacional habló de una discusión en público pocos días antes con quien hasta ese momento había sido la pareja de la conductora, Constantino Heredia, más conocido como Tino; la ruptura de un compromiso de boda, el consumo de pastillas y todo tipo de tranquilizantes, un tratamiento psiquiátrico en los Estados Unidos, un arma robada a Heredia por parte de la “dalina pequeña”, como la llamaban. 

El público lloraba sin consuelo a aquella joven que los había animado todos los fines de semana.

Tal como reconstruyó el diario peruano El Comercio al recordar un aniversario del fallecimiento de Santa María, “cuando el éxito y, al parecer, el amor le sonreían, la noticia de su muerte producto de un balazo que ella misma se habría disparado —de acuerdo con las conclusiones de la Policía— en su departamento en La Molina, no solo dejó devastados a sus familiares y amigos, sino que también desbarató la nube ideal a donde se transportaban los niños del Perú y Latinoamérica a principios de los 90”. 

“A pesar de la versión oficial, muchos fanáticos de la eterna dalina prefieren creer que no se trató de un suicidio, sino de un asesinato. Para ellos, no es posible que aquella muchacha —que en una de sus últimas entrevistas confesó que para sentirse plenamente realizada le faltaba casarse y soñaba con tener bebés— pudiera irse y dejarlos sin la luz que irradiaba su contagiante sonrisa y sus expresivos ojos azules”, señaló El Comercio. 

Mónica (izquierda) y Almendra fueron elegidas luego de un multitudinario casting.

Para quienes hacían Nubeluz, la muerte de Mónica cambió para siempre sus días. Xiomy y Almendra continuaron con algunas giras y el programa emitió grabaciones para homenajear a la conductora fallecida. A la dalina Lily, en tanto, se le hizo imposible continuar y prefirió volver a los Estados Unidos. 

En 1995, el programa intentó con una nueva temporada y una nueva dalina, pero ya no tuvo la repercusión esperada. Almendra renunció a mitad de año y Xiomy poco después.

Compartir


Leer comentarios