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Políticos usan las «fake news» para llegar al poder

10 de noviembre de 2018

Qué es una fake news. Si nos sometemos al concepto literal, tenemos que en español significa: noticia falsa. Pero en este siglo tiene otro fin: un objetivo político que puede llevar a gobernantes al poder.

Así concluye, por ejemplo, el periodista británico Luke Harding, autor del libro «Conspiración: Cómo Rusia ayudó a Trump a ganar las elecciones», además que en otros textos tocó las historias de Julian Assange y Edward Snowden.
Invitado a uno de los eventos del Hay Festival 2018 sentenció desde el inicio: «Las noticias falsas siempre han estado con nosotros, pero su uso político, por políticos, es un problema del siglo XXI».

Porque según el periodista el objetivo es contar una historia. «Porque aquí no importa la verdad».
Junto a él, estuvo el periodista Diego Salazar, autor del libro «No hemos entendido nada», texto que aborda el tratamiento de las informaciones periodísticas en los medios locales.

Harding tomó, por ejemplo, a Rusia que implantó este modelo y luego lo diseminó a nivel internacional. «El Hay Festival dura 4 días, necesitaríamos 300 días para hablar de las fake news», dijo.

Recordó también que durante la campaña del referéndum para determinar si el Reino Unido salía o no de la Unión Europea, algunos políticos se subieron a buses rojos y decían que dejar este bloque generaría que cada ciudadano reciba 380 libras. Al final esta opción triunfó y hoy, el llamado «Brexit», genera consecuencias negativas económicas para esta nación.

Al concepto de Harding agregó que las fake news no es negociar, sino contaminar y ensuciar la discusión pública. Al final consiguen que estas se amplifiquen a través de los medios y quede en el ambiente una duda rondando entre los ciudadanos.

Salazar contó, por ejemplo, que a inicios del año los medios fueron amables con la llegada de los venezolanos, hasta que empezaron a publicarse informaciones sobre extranjeros que no gustaban de la chicha morada o cuestionaban el físico de las huancaínas. A partir de ese momento empezó a nacer un sentimiento antivenezolano que se reflejaba en las encuestas. Situación bien aprovechada por varios políticos.

Las redes sociales actúan como caja de resonancia de estas informaciones, opinó Salazar, al concluir que el algoritmo utilizado por Facebook para determinar qué es importante y que no en su red social, favorece el escándalo. «Tener una discusión elegante en una red social, es como jugar fútbol en una mesa de fulbito», señaló.

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