“¿Por qué odiamos a los árboles?”
AQUÍ UN AMPLIO ANÁLISIS AL RESPECTO
Por: Dr. Neil Tejada Pacheco, abogado y docente de la UCSM
Hace unos días, viendo tristemente como se han talado varios árboles de parques emblemáticos de nuestra ciudad, recibí la pregunta de un niño jugando con una pelota.
“Señor ¿por qué odian a los árboles?” y sin poder contestarle, me pregunté si de verdad esto era cierto o si había alguna explicación para lo que a la vista de todos ya nos parece “normal”.
El cortar los árboles cuando a los señores de “parques y jardines” de los municipios se les ocurre o se les ordena, se ha hecho una práctica común y ya no sólo al empezar la primavera sino en marzo, en mayo o en julio sin reparo alguno.
Esto, para una ciudad como Arequipa, ubicada en cabecera de desierto, con radiación solar altísima, carente de sombra y full contaminación atmosférica es realmente algo inaudito. Las explicaciones frecuentes son: “sólo estamos podando”, “se les corta porque ensucian mucho las veredas y pistas con sus hojas”, “ya han crecido mucho”, “es para renovarlos”, “no dejan crecer el pasto por su sombra”, etc.
Ninguna respuesta tiene validez. El proceso de poda de árboles debe ser programado dado que es rejuvenecedor, curativo o por seguridad.
No se da en cualquier momento; y el proceso de Tala de igual forma, sólo deberíamos talar un árbol en Arequipa o por vejez o si este implica peligro o riesgo de daño por caída de ramas, crecimiento excesivo de raíces o en su totalidad.
No hay otras causas que justifiquen el cortarlos, no importa si el árbol es “tuyo” porque lo sembraste o es un bien público que está frente a la vereda de tu casa, en el parque o aledaño a un camino o en la chacra más lejana. La necesidad de sombra, mejor aire y de regulación climática es fundamental para Arequipa. Y esto parece no lo entienden nuestros alcaldes, funcionarios, empleados públicos y hasta algunos ciudadanos despistados.
Pregunto siempre a mis alumnos ¿Qué beneficios o servicios ambientales nos da un árbol? Y las respuestas son variadas pero correctas…me dicen por ejemplo “nos da un mejor aire”, “nos da sombra”, “nos da frutos”, “nos da belleza paisajista”, “nos da tranquilidad sólo al verlos”, “nos da mejor clima”, “permite retención de los suelos”, “es hábitat para otras especies”, entre otras y obviamente no sólo nos da madera cómo creen algunos.
Imaginemos qué beneficios obtendríamos de más árboles en nuestra ciudad. Entonces, regresando a la pregunta del niño en el parque, ¿debemos seguir cortando los árboles o dejarlos “calatos”? como diríamos en buen arequipeño. Es claro que esta debe ser una decisión fundamentada técnicamente.
El personal que realiza dicha poda o tala debe ser capacitado y supervisado, el destino de las ramas o troncos, entiéndase leña, no debe tener fin comercial para algunos ni sólo por el justificar el trabajo de los municipales para “tengan algo que hacer”.
La responsabilidad sobre el ambiente la tenemos todos, no seamos cómplices de estas decisiones irresponsables, no permitamos que se siga dejando sin árboles a nuestra ciudad, levantemos nuestra voz, denunciemos, quejemos, no votemos por alcaldes que no creen en el desarrollo sostenible unido al cuidado del medio ambiente.
Dejemos de ser ciudadanos de tercer mundo y aspiremos al cumplimiento de los llamados Objetivos del Desarrollo Sostenible cuidando nuestras especies forestales… ojalá tengamos claro que la protección de los árboles no sólo debe hacerse en la Amazonía sino en todo el país y que estos son seres vivos, por tanto, dejémoslos crecer, aunque no los escuchemos hablar.
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