Columna

¿Saldremos este 30 de Junio?

31 de mayo de 2020
Detendrán a población que salga sin motivo a las calles.

Por: Lucas Z. Granda

                Día 75 de la cuarentena, hay muchas preguntas que nos hacemos cuando nos levantamos y nos acostamos. Preguntas que se las hacen los diferentes grupos etarios como ancianos, las adultas, los niños, las adolescentes. Trabajadores de la pesca, construcción civil, profesores, catedráticos, trabajadoras del hogar, entre otras.

¿Cómo nos Sentimos?

                Cansados por no saber qué hacer con el tiempo sobrante disponible que se tiene, es poco común, porque es ahora donde el tiempo no alcanza para nada, la virtualización de la educación para las y los profesores implica trabajar a cualquier hora siete x veinticuatro, hacer de psicólogos con niños y adolescentes, si es que no apelamos a la disciplina horaria de acuerdo a la modalidad sincrónicas y/o asincrónicas no podremos tener equilibrio. Hugo Ñopo, investigador de GRADE (Grupo de Análisis para el Desarrollo) menciona que de cinco familias pobres solo una tiene refrigerador, entonces todos los días tienen que salir a comprar a los centros de abastos alimentos, incrementando los vectores de contagios en los espacios públicos, como lo son: transporte público, paraderos, mercados, parques, calles y demás, entonces la ciudadanía siente que no están satisfaciendo sus necesidades. Pero las necesidades no se satisfacen, sino al ser sustanciales y estructurales, se orienta a un cierre de brechas, y fomentar sus capacidades en un ambiente de libertad y democracia orienta el desarrollo de un país, parafraseando a Martya Sen.

                Con respecto a la mujer y según la pregunta, las siguen asesinando. Se sienten vulneradas y desprotegidas, no solo desde que comenzó la cuarentena, sino desde hace mucho. De enero a abril del 2019 sucedieron 55 feminicidios, en este año son 46 feminicidios en el mismo rango de tiempo. Con un rango de acción reducido por parte la Policía Nacional del Perú, el Poder Judicial, el Ministerio Público y el Centro de Emergencia Mujer (CEM), ya que se tiene como prioridad atender temas relacionados al COVID-19, si  analizamos esta situación es una clara consecuencia del confinamiento, concluyendo como tema prioritario. Sabemos que no tenemos una perspectiva de género como política pública en todo el aparato gubernamental, es por eso que estamos retrocediendo en este frente. ¿Cómo se sentirán esas niñas y adolescentes que conviven con su agresor y/o violador? Si no hay seguridad en la propia casa ni en la calle. Jorge Muñoz (alcalde de Lima Metropolitana) no se equivoca cuando crea los albergues-refugios para las madres y mujeres que son violentadas y mantienen una condición de vulnerabilidad. Allí hay un camino que nos ha dado la descentralización de competencias a los gobiernos locales, pudiendo ser una red de soporte al pie del cañón para las mujeres de cada uno de los distritos que sufre violencia de género.   

¿Cómo estamos Contribuyendo?

                Es una pregunta muy coloquial dentro de la opinión pública, formando un dilema: la ciudadanía es irresponsable al no respetar las medidas sanitarias ni de bioseguridad contribuyendo a que el número de contagiados y de muertes por COVID-19 se incremente, siendo ya 4 mil muertes y epidemias regionales incontrolables con hospitales colapsando en todo el país, donde los esperados martillos promovidos por el gobierno para reducir la curva de contagios no tuvo los resultados esperados;  en contraposición, la otra mirada nos afirma que la población no tiene que comer, porque no hay trabajo, los ahorros se acabaron, tenemos el 80% de la PEA (Población Económicamente Activa) en la informalidad, el bono universal es insuficiente, y las canastas básicas familiares están mal focalizadas. Estas ideas que se contraponen son ciertas, bajo la idea del Marxismo que los conflictos son omnipresentes en la sociedad, y por ello debemos establecer estructuras legitimas para organizarnos y buscar el consenso para resolverlos.

                El alto índice de informalidad según Alexandra Ames, jefa del observatorio de políticas públicas de la Universidad del Pacifico, planteo la pregunta ¿Quiénes son los peruanos?, es coherente en relación a las medidas implementadas no están cohesionando con las necesidades de la población, y ¿cómo estar seguro?, bueno la gente está en las calles con la normalidad y la cotidianidad anterior al 16 de marzo. Entonces tenemos que pensar rápidamente en separar lo urgente de lo importante. El regreso a las ciudades o localidades natales podría tener un efecto de tranquilidad y menos vulnerabilidad en la población “los caminantes”, siendo su grueso los informales. Ahora se pide una base unificada de datos sobre el comportamiento, usos, costumbres, bienes, prácticas y los procesos de estos, para establecer tendencias probabilísticas, provocando unas políticas públicas a corto, mediano y largo plazo más eficientes y eficaces, es una misión rumbo al bicentenario.

                Nuestra contribución como sociedad civil organizada debe de ser de fiscalización y denuncia. Por ejemplo el Congreso de la República en la línea de combatir el COVID-19, tiene la motivación tangible de poder regular el transporte taxi-colectivo en todo el Perú, excepto en Lima y el Callao, una cachetada a la regulación del transporte en las ciudades intermedias del país. Entonces no quieren aceptar la normalidad que el mundo está entrando en un cambio de paradigmas, y los que no lo están haciendo están pereciendo, como Brasil, catalogado el genocidio democrático de la historia Latinoamericana, no olvidemos tampoco a Trump por EE.UU., ya para que lo mencionamos, ojala no lo reelijan los fujimoristas estadunidenses, ideológicamente hablando.

¿Qué nos Preocupa?

                La educación y la salud son para preocuparse, porque nos estamos jugando generaciones hoy en día. Como colectivo debemos seguir educando e informando sobre lo que pasa en nuestro país con respecto a la crisis epidemiológica, a través de los diferentes medios de comunicación, entonces recurrir a la reanudación de programas de farándula o realyti show (como la basura de Esto es Guerra) atenta contra la salud pública. La justificación es que distrae a la población robándole una sonrisa, cuidado, podría ser tu vida. Explicando que la información se convierte en conocimiento y así poder tomar medidas para resguardar la vida, es como vendarle los ojos a la ciudadanía. Otra excusa es “cambia de canal, así de simple”,  claro con niveles de comprensión lectora por debajo del 20% de los estudiantes que salen del colegio secundario, tanto así que no comprendieron el mensaje del presidente Vizcarra del 22 de mayo, reflejado con las aglomeración de la población el lunes de la siguiente semana. Estos programas crean una tranquilidad y un confort en relación a la pandemia del COVID-19, riesgos innecesarios.

                Ver la pandemia provocada por el COVID-19 está enmarcada para diferentes gobiernos como una oportunidad para generar cambios en los comportamientos sociales y reformas estructurales como: la educación virtual, la unificación de un sistema de pensiones, tener una cuenta crediticia universal para todas y todos, entre otras. La preocupación es quien estaría ejerciendo el poder para “reordenar el país”, veamos los grupos de poder hegemónicos que dicta las reglas del juego de las minorías, estas ideas son recreadas permanentemente en la sociedad.

¿Se podrá salir el 30 de junio?

                Manito, causa, brother, papicha, mamicha, pana, amiga y amigo ya nada es igual. No se responde la pregunta, porque esa no es la pregunta que la ciudadanía debe hacerse sino como empezamos a agregar más armas en la lucha contra el COVID-19.

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Sala resolvió 2,000 expedientes laborales durante cuarentena

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