Cultura

Un poco sobre el hombre de las 200 millas

15 de enero de 2024

Por: José Luis Bustamante Gubbins

La figura de José Luis Bustamante y Rivero es, sin duda alguna, incomprensible para el mundo político contemporáneo. Parece bastante difícil encontrar un personaje comparable con su altura moral y entrega a los demás. Se trata del hombre que ensanchó, durante su Gobierno, la frontera del mar peruano hasta las 200 millas, un signo perenne de su amor a la Patria. Su concepción del servicio público debiera trascender. A los 130 años de su natalicio lo recordamos principalmente en dos documentos, de su puño y letra, que reflejan con nitidez su pensamiento:

En primer lugar, el «Memorándum de La Paz», escrito cuando era Embajador del Perú en Bolivia el año 1945, respondiendo a la propuesta del Frente Democrático Nacional para ser su candidato a la Presidencia de la República. Texto que contenía ocho puntos muy claros, que debían respetarse como condición indispensable para su aceptación a la referida propuesta. Lo que develaba, cristalinamente, su desapego al poder.

Según explica en el Memorándum, cabe resaltar, que se requería de «una etapa de transición reconstructiva que, antes de pretender realizar una obra definitiva de gobierno, deberá sentar las bases en una república normal y organizada, a fin de prepararla para el libre juego ulterior de los resortes democráticos (.)».

En otras palabras, Bustamante manifestó plena disposición para arriesgar todo con tal de proveer un orden institucional sólido para los futuros gobiernos, sin dejarse llevar por cálculos de corto plazo. Asimismo: «Requiere la seguridad el que durante su mandato las fuerzas que lo eligieron le prestarán los medios para cimentar su obra.» La historia juzgará después si ello se cumplió o no. Finalmente, como decíamos, respecto a estos compromisos indica que «su aceptación por las fuerzas políticas que me invitan, serían requisito básico para mi colaboración(..) «

En segundo lugar, precisamente momentos antes de su destierro al ser retenido en Palacio de Gobierno por los golpistas en 1948, en el documento «Me sacarán muerto o preso » señala tajante que “un presidente de la República no dimite el Mandato Sagrado del Pueblo lo debe retener un presidente mientras viva o hasta que la fuerza se lo arrebate.» Por otra parte, Bustamante no dudó en transmitir al Perú su honda convicción de que la tarea desinteresada realizada rendiría frutos. Entonces, concluyó afirmando: «No es hora de amarguras, es hora de construcción y de esperanzas. No desmayemos, creamos en el Perú. Nuestro pueblo está llamado a destinos muy altos… Desde lejos yo los he de acompañar con todo el fervor patriótico de mi espíritu, con ese fervor patriótico que es lo único que me llevo, al llevarme la Patria en el corazón.»

Detrás de esta personalidad aferrada a sólidos principios, existía en José Luis Bustamante y Rivero algo que trascendía lo meramente humano. Esto era su condición de católico de viejo cuño lo que constituía en él un punto de quiebre, una columna vertebral, el mínimo irrenunciable al que condicionó no solo su candidatura presidencial sino toda su larga vida, haciéndola así más austera y feliz. Lo anterior es en realidad la raíz de su admirable vocación de servicio, esa que perdura.

José Luis Bustamante Gubbins

Presidente Patronato Jose Luis Bustamante y Rivero

Com mi corazón en Arequipa ,15 de enero 2024

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