Especiales

El amuleto escondido de México

10 de septiembre de 2022
Uruguaya Alcira Soust Scaffo.

EN ESTE RELATO CONOCEREMOS UN POCO MÁS DE ALCIRA SOUST SCAFFO

Por: Renato Aliaga

Tal vez muchos no lo saben o no lo recuerdan, pero, en el año 1968, México vivió una de sus peores épocas. Tras una serie de manifestaciones estudiantiles, el 18 de setiembre, las fuerzas armadas del entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz irrumpieron en la sede de diversos centros educativos del país. Uno de ellos, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La protagonista de esta historia es una mujer uruguaya de nombre Alcira Soust Scaffo. Ella, según registros oficiales, arribó a México en 1952 con una beca de la UNESCO y, se podría decir que tuvo una vida “normal” por 18 meses, con vivienda, empleo y noviazgo, pero, cuando tenía todo listo para regresar a su tierra natal, decidió quedarse. A partir de allí, todo se vuelve un misterio. Bilingüe en francés, cinéfila y lectora voraz, se cuenta que no tenía trabajo fijo ni casa propia, que dormía en los departamentos de sus amigos y que por las mañanas se las arreglaba como podía cumpliendo pequeñas tareas que profesores o secretarias de la universidad le asignaban (siempre en la informalidad), de la ayuda de amigos estudiantes o de poemas que regalaba a quien quisiera leerlos; mientras que por las noches vivía la bohemia de la capital, entregada por completo a recitales literarios donde hizo amistad con reconocidos poetas mexicanos.

Según un amigo suyo, el curador Antonio Santos, Alcira tenía una razón poética para romper con todo, ella quería “habitar en la poesía y compensarlo todo con la escritura”. Primero rompe el contacto con su familia, luego con sus amores, el estatus social e incluso el trabajo asalariado, es decir, decide romper con el papel que la vida le había asignado.

Pero vayamos nuevamente a aquel 18 de setiembre, Alcira se encontraba en la universidad cuando cientos de militares irrumpieron violentamente la sede de la UNAM. Se dice que, en el momento de mayor represión, Alcira ayudó a estudiantes a escapar mientras ponía poemas del escritor León Felipe en los altavoces del campus, justo el mismo día de su muerte. Pero Alcira no era tonta, sabía que no contaba con papeles y que si la detenían el viaje hubiera terminado, por lo que decidió esconderse en un baño del octavo piso de la Torre de Humanidades y allí permaneció encerrada por 12 días alimentándose solamente de agua y recuerdos. Desde aquel improvisado refugio escucha a los soldados, las tanquetas y los gritos, escribe poemas en papel higiénico y pinta en la pared: “Viva el amor, viva la vida”.

El 30 de setiembre, luego de finalizada la ocupación militar, cuando la universidad recuperaba su autonomía, encontraron una mujer convaleciente y de inmediato la reconocieron. Se había salvado, había resistido.

Alcira Soust murió en 1997 y hoy su nombre es leyenda, tanto así que, además de ser un popular símbolo de resistencia, también ha sido musa para entrañables novelas latinoamericanas como “Los detectives salvajes” y “Amuleto”, ambas del escritor Roberto Bolaño.

Esta es la historia de cómo la uruguaya que vivía al borde de la marginalidad se convirtió en una de las figuras más importantes de la contracultura mexicana. Alcira Soust Scaffo, amuleto y leyenda.

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