Izquierdismo, socialismo y comunismo
Por: Manuel Abraham Paz y Miño, Filósofo
En estos días previos a la elección del presidente de nuestra república bicentenaria entre los candidatos Fujimori y Castillo, se está hablando mucho de democracia versus izquierdismo, socialismo y comunismo como si estos tres términos significaran, equivocadamente, lo mismo.
El término “izquierda” y “derecha” en política proviene de la Asamblea Constituyente de la Revolución francesa del siglo XVIII, donde los monarquistas (nobles y clero) que querían defender el poder real de veto absoluto de toda ley, y los revolucionarios que no, se sentaron a la derecha y la izquierda respectivamente del presidente de las misma.
-
Puedes ver: ¿Neoliberalismo versus comunismo?
Es decir, tradicionalmente, se considera en política, ser de derecha el tener una postura conservadora, opuesta a los cambios sociales y políticos defendidos por los de izquierda. Pero esta distinción puede variar. Por ejemplo, en una dictadura comunista, el exigir cambios como la legalidad de partidos políticos de otras ideologías y así participar en elecciones populares, sería considerado, según lo que acabamos de decir, de izquierda por sus defensores, y como de derecha, por tal tipo de gobierno.
Actualmente se considera ser de derecha el defender sobretodo al individuo, la empresa y el libre mercado con un Estado mínimo, esto es ser liberal o capitalista; y ser de izquierda, el defender más a la sociedad a través de un Estado de bienestar que brinde servicios básicos (educación, salud, jubilación, seguridad ciudadana y nacional), esto es, ser socialista en cualquiera de sus variantes.
La manera como se ideado el socialismo no es única: pensadores nacidos en el siglo XVIII, como el inglés Robert Owen o el francés Henri de Saint-Simon, entre otros, plantearon un socialismo voluntarista, futurista e imaginario y no realista, y así fueron calificados de socialistas utópicos por sus detractores; otros ideólogos, como el alemán nacido en el siglo XIX, Ferdinand Lasalle, propugnaron un socialismo democrático dentro de los marcos de la democracia y el capitalismo.
En el siglo XX, los gobiernos socialdemócratas europeos lograron implantar Estados de bienestar a través de los tributos, dentro de una economía social de mercado y elecciones ciudadanas; y los gobiernos, siguiendo la teoría socialista “científica” o marxista, casi todos ellos, lograron el poder por medio de una revolución armada y estatizaron los medios de producción en las manos privadas de la burguesía.
-
Puedes ver: Cuando era joven e inmortal
Históricamente, el comunismo también es variado: está el de tipo cristiano, por la comunidad de bienes (“todo lo tenían en común”) de los primeros creyentes en Jesucristo, los modernos valdenses y anabaptistas o los seguidores de la teología de la liberación; el utópico, según filósofos como el antiguo griego Platón y el moderno inglés Tomás Moro; el anarquista o anarco comunista propugnado por los pensadores nacidos en el siglo XIX, el ruso Pedro Kropotkin, el francés Sebastián Fauré y el italiano Enrique Malatesta, entre otros; y el marxista según las ideas de los filósofos contemporáneos alemanes Carlos Marx y Federico Engels, que consideran al comunismo como la fase superior del socialismo, donde no solamente no habrá propiedad privada de esos medios, mercado, lucha o antagonismo de clases entre opresores sobre oprimidos, sino que en el futuro, tampoco habrá Estado ni policía. Es decir, el cielo en la tierra.
Leer comentarios