Columna

¿Neoliberalismo versus comunismo?

23 de mayo de 2021

Por: Manuel Paz y Miño, Filósofo

En estos días de polarización electoral, se habla de la candidata Keiko Fujimori como la representante de la derecha neoliberal y el candidato Pedro Castillo como el de la izquierda comunista.

En política, histórica y tradicionalmente, se considera a la postura de derecha como aquella que defiende el sistema social tradicional predominante, por ejemplo, uno a favor de los intereses y privilegios de los poderosos económicamente, aliados, frecuentemente, con el alto clero y las fuerzas armadas. Y, en contraposición, se considera a la posición de izquierda como la que está en contra de la de derecha, es decir, que quieren cambiar el estado de cosas imperante en la sociedad, por ejemplo, acabar con la injusticia social y llevar al progreso y bienestar de las mayorías.

Este antagonismo de izquierda contra derecha no siempre ha significado la pugna de socialismo versus liberalismo como se nos presenta actualmente. A fines del siglo XIX, en nuestro país los liberales radicales eran los que defendían la soberanía del pueblo y exigían cambios como mayores libertades individuales como la de creencia y culto religioso y, por tanto, la aparición de templos protestantes y no cristianos, registro civil de nacimientos, matrimonios y defunciones así como cementerios municipales.

Por otro lado, en los países atrasados y pobres del siglo pasado donde se instaló el “socialismo realmente existente” (como por ejemplo, la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y sus satélites este-europeos, y las aún existentes República de China Popular, República Democrática de Corea del Norte, República Democrática Popular Lao, República Socialista de Vietnam y la República de Cuba, todas más o menos abiertas al capital privado extranjero menos Norcorea) a pesar del progreso educativo, científico, de salud, etc. y la estatización de los medios de producción, logrados y dirigidos por el único partido político permitido legalmente, el comunista, no obstante este nombre, defendía (o defiende) los intereses y privilegios de su clase burocrática y persiguiendo a sus detractores, dándose así la perversión del ideario marxista donde era la dictadura del proletariado la que debía dirigir a sus naciones.

Como su nombre lo indica, el comunismo busca la propiedad en común de los medios de producción, y la eliminación de las clases sociales, la propiedad privada e incluso el Estado, puntos con el que concuerda el anarcocomunismo y solo el último con el anarcocapitalismo. Evidentemente, según lo anterior, el comunismo no se ha implementado en ningún país del mundo. El que haya partidos o personas que se proclamen comunistas solo indica que persiguen un ideal (algo parecido al cielo en la tierra) cómo también lo hacen los cristianos sinceros que esperan que algún día llegará el juicio divino para premiar y castigar a los que lo merezcan.

En el llamado “socialismo del siglo XXI” intentado en Venezuela, Ecuador y Bolivia, con sus propios matices, no se ha eliminado la propiedad privada ni prohibido el capital extranjero pero ha renegociado ventajosamente con éste y ha dado una mayor participación (exitosa o no) del Estado en la economía. Esto es justamente lo contrario a lo que propone el neoliberalismo según el cual el Estado debe dejar de intervenir lo máximo posible en la sociedad, especialmente en la economía permitiendo el predominio de una de tipo de libre mercado donde los servicios básicos estén en manos privadas.

Ahora bien, los detractores del Sr. Castillo creen que, de ser elegido presidente, implantará una dictadura en la que hará lo que quiera por encima de los otros poderes del Estado incluso del Congreso (donde no tendría mayoría). Y los de la Sra. Fujimori temen que, de ser electa, defenderá los intereses de las grandes corporaciones nacionales e internacionales que usufructúan nuestras riquezas naturales y/o perpetúan la corrupción y la injusticia social en nuestro país con el apoyo de sus congresistas y bancadas aliadas que impondrían la voluntad de ella.

Con el ganador del 1er Puesto Semillero 2019, Axel Almonte Cuba del Colegio Antonio José de Sucre

“El emprendimiento le ha dado sentido a mi vida, me ha salvado”

 

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